Adiós al viejo Tropicario, uno más moderno abrirá en 2017
Publicado el 12 diciembre, 2016
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El Tropicario del Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis ya hace parte de la historia botánica de Colombia. Consistía en una representación viva de especies de la flora nativa, en especial amazónica.
Al ingresar a este escenario, de inmediato se sentía el cambio de temperatura y la humedad propia de una selva tropical. Aparecía un bosque a lo largo de un estrecho camino en el que se contemplaban árboles y flores de tierra cálida. De este lugar se recuerda también una de las mayores atracciones, el nenúfar, flor de Lotto o Victoria Regia (Victoria amazónica), extendida sobre un pequeño estanque.
Diseñado y construido en 1959 por el fundador del Jardín, Enrique Pérez Arbeláez, y terminado en 1976, el tropicario fue una obra visionaria para su tiempo.
Sin embargo, ya no está en pie.
Según el Jardín Botánico, su obsoleta estructura y la necesidad de ampliar los espacios para nuevos proyectos hizo que fuera demolido para dar paso a un nuevo escenario. Un proyecto que busca lograr un diseño, arquitectura y tecnología en línea con la modernidad.
Por eso el próximo año, la capital del país tendrá un nuevo recinto para la flora colombiana. Mediante concurso realizado en la anterior administración distrital, se abrió una licitación en la que participaron 24 proponentes. El Jardín, con el apoyo de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, seleccionó a la firma De Arquitectura y Paisaje, de Medellín, con diseños realizados por Jorge Buitrago, Jaime Cabal y Teresa Tognetti. La constructora entregará la obra en 2017.
El proyecto de construcción de un nuevo tropicario comprende una inversión total de 22 mil millones de pesos en sus dos fases. Es resultado del proyecto Nodos de Biodiversidad en el que se involucra la financiación del Sistema Nacional de Regalías, Colciencias y recursos en un 50 por ciento aportados por el Distrito Especial de Bogotá.
“Será el más grande de Colombia y tendrá un diseño vanguardista. Sus invernaderos están proyectados a una altura de 20 metros, con espacios amplios en los que cobrarán vida los sistemas ecológicos más representativos del país, con fines educativos y de recreación”, informó Mauricio Bernal, coordinador de colecciones del Jardín.
La flora nacional, en Bogotá
En la primera fase se entregarán los ambientes de bosque seco, escudo guayanés y se recreará un morichal, ecosistema típico de los llanos orientales de Colombia donde el protagonista es la palma de moriche.
También se recrearán unos enclaves xerofíticos o sistemas de plantas de áreas muy secas en las que se destacan por ejemplo, diversas variedades de cactus.
Con diseño en espiral se ubicarán las plantas nativas de Colombia y macetas en forma ordenada con distintas plantas útiles. En otro ambiente se retomarán las colecciones especiales como orquídeas y plantas carnívoras, anturios y bromelias.
Según el proyecto allí se tendrá una sala de exhibición itinerante para eventos y exposiciones, tipo museo, destinada a temas botánicos, biológicos y artísticos. Estará en dos niveles, la mayoría en el piso y la parte del ecosistema de superpáramo será subterráneo.
También fueron proyectados jardines, fuentes de agua y zonas amplias para el descanso de los visitantes. Actualmente en la obra trabajan unas 50 personas. La primera fase estará lista a mitad de 2017 y la segunda, a finales del mismo año.
Los mayores desafíos
Se sabe que una vez construido el moderno Tropicario surgirá un nuevo reto para los botánicos y biólogos del Jardín. ¿Cómo crear y mantener artificialmente unos ambientes similares a los reales?
Mauricio Bernal indicó que el mayor obstáculo técnico a superar está en el superpáramo, ambiente caracterizado por muy bajas temperaturas a una altura sobre los 3.800 m.s.n.m.. «Un ecosistema que debe estar allí porque además de representativo es muy amenazado por los efectos del cambio climático. Lo más complicado es superar el tema de las enfermedades de las plantas».
“Se acudirá a la iluminación artificial en un sótano con claraboyas y refrigeración. Se complementará con plantas de páramo. Será una mezcla de estrategias para lograr un ambiente que tenga el formalismo biológico y las especies más representativas. Son retos de domesticación que nadie ha hecho en el mundo, no se ha sembrado plantas de este tipo en Bogotá, por eso el desafío es mayor”.
Además del superpáramo que relata Mauricio, también se deberá asumir la ‘puesta en escena’ de un morichal, la flora del Escudo Guayanés y el manglar.
Este último significa otro esfuerzo biológico para mostrarlo tal y como es. «En este caso se tomará la metodología de un botánico de la Universidad Nacional quien lo experimentó con éxito. Lo difícil es mantener la salinidad, el agua caliente, los nutrientes y la luminosidad”, explicó Bernal.
El Escudo Guayanés también presenta dificultad, dice Bernal, porque son plantas muy lindas pero muy frágiles y difíciles de domesticar. Esperamos tener la flor de Inhírida, plantas de La Macarena, recrear los pictogramas de Chiribiquete y la serranía de la Lindosa, las más antiguas de Suramérica.
Los invernaderos
En la segunda fase del Tropicario se construirá el invernadero de 20 metros de altura. Allí estará la selva amazónica, el Chocó biogeográfico con árboles grandes, una plataforma de avistamiento, los caminos elevados, senderos en el piso y un gran lago con la Victoria amazónica que siempre fue atracción en el Jardín.
Mientras se avanza en la obra, las plantas sembradas en el antiguo Tropicario fueron arrancadas y repartidas entre las instalaciones y los invernaderos. Otras se sembraron afuera, pese al riesgo de que no logren adaptarse.
“La mayoría han respondido bien, algunas de ellas volverán a entrar al Tropicario. Otra parte se traerán gracias a convenios y proyectos de restauración. Se harán expediciones botánicas a campo a distintas zonas el país para atraer nuevo material”, explicó el Coordinador de las colecciones.
Para el funcionario Bernal, el énfasis es componer con la flora nativa unos ambientes que no deben dejar de ser impresionantes y bellos, porque este será un lugar único en Colombia: «Será el Tropicario más importante del país y un referente en Suramérica. Quien visite la ciudad no podrá irse sin pasar por aquí».