¿Le gusta la comida japonesa en especial el suchi o el sachimi? ¿Sabe qué clase de pescado utilizan para su preparación y de dónde proviene?
Esta información tiene que ver con usted porque estos platos llevan consigo una historia ambiental que vale la pena conocer.
Suchi en japonés significa arroz avinagrado y sachini, carne cruda. Su base principal es cualquier pescado fresco, suave y exquisito. En el caso de los japonenses que inventaron la receta, la preferencia es por el atún aleta azul del Pacífico.
Hasta aquí todo está bien, lo que hay tras esta historia es todo lo que ocurre con el ‘aleta azul’, que aunque casi no se consume en Colombia, si presenta una alta demanda en Asia, Europa y Norteamérica.
Es un pez que está al borde del colapso (desaparición), debido justamente a la pesca excesiva para satisfacer la alta demanda mundial de preparaciones como las mencionadas.
Esta situación preocupa al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), entidad que solicitó recientemente a las naciones que utilizan esta especie, adoptar medidas urgentes de conservación certeras o suspender la pesca comercial porque teme que las poblaciones afectadas no logren recuperarse.
El llamado de WWF obedece también a que entre el 27 y 30 de este mes, la Comisión Interamericana de Atún Tropical (CIAT), definirá el futuro de este pez de en La Jolla (California), debido que en junio pasado, un primer acercamiento de los países involucrados en el mercado, no dejó resultados.
En este encuentro de delegados de 21 países, además del atún aleta azul, habitante de las aguas templadas del océano Pacífico Nororiental (Baja California, México), también buscarán proteger a otros de aguas tropicales como los que pesca la flota atunera colombiana, ecuatoriana o panameña en el océano Pacífico Oriental: el aleta amarilla, el barrilete y el patudo.
Para que tenga más información sobre todo el historial de este pez y la lucha de una organización conservacionista por que se recupere el atún aleta azul, Red Prensa Verde entrevistó Pablo Guerrero, director de Pesquerías de WWF en Ecuador. Él, gran conocedor del tema pesquero mundial, explicó en detalle la situación de esta especie y por qué los países deben conservarla. También se refirió a la participación de Colombia en el manejo de sus atunes tropicales.
RPV: Hablemos del atún aleta azul del Pacífico
P.G.: Nace en el mar de Japón, migra hacia las costas de Baja California (México) en donde pasa un tiempo alimentándose y engordando. Luego, prácticamente todo el atún aleta azul termina otra vez en Japón. El mayor esfuerzo pesquero y por ende captura, se ejerce en el Pacífico Central y Occidental; allá se hace el 80% de la captura de todo el Pacífico. En el Pacífico Oriental, el restante 20%.
¿Cuál es el conflicto con este pez?
La población de aleta azul del Pacífico se encuentra en un estado lamentable. A menos que se acuerde un plan de recuperación y manejo estricto para todo el Pacífico, será necesario suspender la pesca comercial de esta especie. Esta es la única forma de terminar con la sobrepesca y dar esperanzas de una futura recuperación de la población y las pesquerías de atún aleta azul del Pacífico. La situación es tan seria que lo que se necesita ahora es que los países adopten un plan de rescate para restaurar la población.
El problema es que su población está prácticamente colapsada, ha caído a un 2,6% de su biomasa original (masa total de organismos vivos). Y las dos organizaciones regionales de ordenación pesquera no adoptan medidas efectivas y complementarias para asegurar su conservación.
¿Qué ocasionó la pérdida de las poblaciones?
El Comité Científico Internacional (ISC por sus siglas en inglés) confirmó que hay sobrepesca y la población reproductora se ha reducido en un 96 por ciento. Los científicos afirman que hay una sola cohorte reproductiva que está a punto de desaparecer. Esto significa que la población está en un estado crítico que podría comprometer el reclutamiento y, por consiguiente, la viabilidad de esta pesquería.
¿De quién depende su control?
La responsabilidad de su manejo recae en dos organizaciones regionales de ordenación pesquera: la CIAT, que maneja los stocks de atunes y especies afines en el Océano Pacifico Oriental, y al Western Central Pacific Fisheries Commission (WCPFC), que maneja esas pesquerías en el Pacífico Central y Occidental. El tema es que las dos organizaciones no adoptan medidas efectivas y complementarias para asegurar su conservación. Esa especie de atún tiene la urgente necesidad de que se desarrolle un plan de recuperación para que se aplique en todo el Pacífico. Y allí los países y las industrias juegan un rol clave. En la WCPFC, Japón, Taiwán, Corea son los principales actores y en la CIAT, México y Japón.
¿Qué avances se lograron en la reunión de junio pasado?
La CIAT ya dio un paso en ese sentido en Junio, adoptando dichas reglas de control de las capturas, y eso es positivo, porque son un aspecto clave del manejo pesquero moderno y también una exigencia de varios programas de eco etiquetado. Ojalá la CIAT pueda adoptar ahora, un sistema de manejo de las pesquerías de atunes tropicales que alinee los diversos intereses y fortalezca la gobernabilidad de esa organización. Creemos que un sistema de cuotas puede ayudar mucho en ese sentido, porque el tema de las vedas ya no da más, y como lo mencioné antes, ha demostrado ser ineficaz para asegurar la sostenibilidad de las pesquerías.
A finales de octubre se efectuará un encuentro crucial en California sobre la protección de la especie. ¿Cómo ve el ambiente y qué recomienda a la delegación colombiana ante la CIAT?
El ambiente es tenso, porque en la reunión los miembros de la CIAT (21 partes cooperantes), deberán acordar vía consenso, las medidas de manejo y conservación para los atunes tropicales. El staff científico de la CIAT, ha recomendado aumentar la veda de los 62 días que actualmente se aplican, a 87 días, es decir, 25 días adicionales, a fin de mantener la mortalidad por pesca de estos atunes en los niveles que aseguren un rendimiento máximo sostenible.
¿Cómo se calcula una veda?
La veda es calculada por los científicos mediante una fórmula que considera la capacidad pesquera (medida en volumen de bodega), existente en el Pacífico Oriental. Resulta que en el último año, la capacidad pesquera en esta región aumentó en un 11 por ciento, es decir, hay 25.000 metros cúbicos adicionales operando, y es por eso que los científicos recomiendan el aumento de 25 días a la veda (más o menos a razón de 1 día adicional de veda por cada mil metros cúbicos de capacidad pesquera).
Ahora, ¿cuál es el estado de las poblaciones de atún que utiliza Colombia?
Las poblaciones del aleta amarilla y el patudo, están siendo objeto de sobrepesca, debido a la sobrecapacidad pesquera (mucho barco pescando), y porque las medidas de manejo de la CIAT (vedas especialmente), no están siendo efectivas para controlar la mortalidad por pesca.
Las flotas de cerqueros (pescan con cercas de red) que mayormente los capturan son las de Ecuador, México, Panamá, Colombia, Venezuela y España, en ese orden de importancia.
¿Podría ampliar la explicación sobre las vedas para esos atunes utilizados en Colombia?
Recientes evaluaciones de stock muestran que la condición de las poblaciones de patudo y aleta amarilla no están bien, de tal forma que hay presión por buscar una solución al problema, que si no es resuelto adecuadamente, podría traer repercusiones de índole no solamente ambiental (por el deterioro de estos stocks pesqueros), sino también socioeconómicos como cierre de industrias y pérdida de empleos.
Lo anterior demuestra que el sistema de manejo actual, que está basado en 3 medidas principales: 1. Las vedas, 2. Cierres de espacios en altamar por cierto tiempo conocido como ¨corralito¨ al oeste de Galápagos” y 3. Un intento de limitar la capacidad pesquera -vía un registro regional de buques-, no está funcionando adecuadamente.
¿Cómo se ha comportado Colombia frente a las vedas?
En el año 2009 hubo un pequeño impasse alrededor de la adopción de medidas de conservación plurianual para los atunes tropicales, básicamente porque Colombia en aquel entonces no se unió al consenso alrededor del tiempo de duración de una veda.
Lo hizo posteriormente y a tiempo para que las medidas de manejo y conservación entren en vigor. Desde entonces Colombia ha sido un actor importante en el proceso de toma de decisiones al interior de la CIAT.
¿En qué consiste la propuesta de WWF?
WWF apoya la recomendación del staff científico de la CIAT, es decir, la de aumentar la veda, en el caso que los países miembros de la CIAT decidan continuar con el sistema de manejo actual, pero si resuelven adoptar otros esquemas o sistemas de manejo que sirvan como alternativa al actual; apoyamos un sistema de manejo basado en cuotas pesqueras con buenos controles y monitoreo, que permitan armonizar los diversos intereses ambientales, con los socio-económicos.
¿Con qué países hay que conciliar?
Son diversos países con diversos intereses. Estas pesquerías son multi- específicas porque se trata de varias especies de atunes con diferentes ciclos biológicos diferentes, y para capturar los atunes se utilizan múltiples artes de pesca, la principal es la red de cerco, pero también operan los palangreros (utilizan largas extensiones de anzuelos), los cañeros (cañas), etc.
Es por eso que en WWF creemos que es clave que la CIAT adopte políticas pesqueras guiadas por puntos de referencia y reglas de control de las capturas que permita a los administradores, actuar con rapidez y eficacia bajo un estándar pre-acordado para asegurar que las capturas no superen los límites aceptables. Eso ayudará a garantizar la sostenibilidad del recurso y el suministro constante de peces hacia nuestros mercados.
Foto arriba: © naturepl.com/David Fleetham/WWF