El desafío de investigar el cementerio fósil de Santander
Publicado el 14 noviembre, 2016
0
1 Visualizaciones
El hallazgo paleontológico permitirá conocer el efecto del cambio climático en la fauna de hace 5 millones de años. Para este estudio de 24 meses, el equipo de investigadores necesita conseguir 200 millones de pesos. El sistema de cavernas será conservado mediante una figura de área protegida.
La aparición de fósiles de mamíferos —tres veces más grandes que los que se conocen hoy— en el fondo de una enorme cueva de El Peñón en el departamento de Santander, abrió una gran puerta al pasado. Esta colección de dientes, huesos largos, mandíbulas y vértebras de animales herbívoros y carnívoros, se constituye en el más importante descubrimiento para la paleontología nacional, en la última década.
¿Una vez descubiertos, qué implica acceder a esos restos, cómo se hace su estudio, de dónde saldrán los recursos y qué se debe hacer para conservar otras áreas, que cómo esta, son vulnerables al saqueo?
A cargo de resolver estas preguntas y de coordinar la investigación de cada una de las muestras, todavía enterradas, está la bióloga Yaneth Muñoz, profesora asociada del Instituto de Ciencias Naturales y líder del Grupo de Investigación en Evolución y Ecología de Mamíferos Neotropicales (EEMN) de la Universidad Nacional, en Bogotá.
Esta investigadora es Magíster en la línea de Sistemática animal (historia evolutiva) y candidata a Doctora en Paleontología de la Universidad de La Plata, en Argentina.
Su experiencia de 20 años la ha llevado a explorar la Taxonomía o clasificación de grupos animales y vegetales, la Sistemática de mamíferos actuales y fósiles, los Paleoambientes o reconstrucción de paisajes del pasado geológico, la Ecología de ecosistemas subterráneos y a manejar colecciones científicas.
Hablamos con la bióloga Muñoz sobre este ‘encuentro con la historia’ y el desafío que significa extraerlo y comenzar a estudiarlo.
Red Prensa Verde: ¿Cómo se hizo el hallazgo?
Yaneth Muñoz: Unos amantes de la espeleología (exploración de cavernas) fueron los primeros en encontrar el cementerio de fósiles, hace aproximadamente un mes. Es importante reconocer que cuando hicieron el avistamiento —como buenos conocedores del tema— no tocaron nada, se limitaron fotografiarlo para luego ser reportado al Director del Museo de Historia Natural de Antioquia. El Museo nos contactó, a Joao Muñoz y a mí.
Como habían tomado unas fotos, nos las hicieron llegar, nos pareció algo interesante, pensábamos que era un registro fósil aislado y empezamos entonces la búsqueda de recursos.
¿Qué siguió?
Coincidencialmente me llamaron del Instituto Humboldt para invitarme a un proyecto, porque lidero el Grupo de la Universidad y hago parte del equipo de investigación de Brigitte Baptiste, directora del Humboldt y Germán Andrade, subdirector de Servicios Científicos y Proyectos Especiales de esta institución.
Ellos adelantan Colombia Bio proyecto de Colciencias y la Presidencia de la República. Uno de los ecosistemas que deciden trabajar son las cavernas y ahí es que propongo el sitio de Santander como uno de los puntos a visitar, para verificar si era lo que pensábamos.
Cuando entramos nos dimos cuenta de que no era un registro aislado, sino un hallazgo muy importante, porque vendría a ser el primer cementerio fósil dentro de una caverna en Colombia.
¿Cómo se pudo originar este cementerio?
A nivel mundial no es la primera vez que se encuentra un cementerio en una caverna, ya se han hecho hallazgos en España, México y Norteamérica.
Se plantearon dos hipótesis. La primera es que la fauna llegó como refugio a estos sistemas y luego no pudo salir, entonces murió allí.
Al encontrarlo todo como una montaña, nos lleva a plantear una segunda hipótesis de que es en el Plio-Pleistoceno, hace 5 millones de años, tiempo de glaciaciones. Tal vez había un ecosistema de sabanas y los mamíferos estaban pastando. Mientras caminaban fueron cayendo a un hueco que estaba tapado de pasto, lo que llamamos una trampa. No pudieron salir y murieron allí.
Debido a la forma como se encontraron, que no están fragmentados, se supone que cayeron en agua y poco a poco esta se fue evaporando hasta quedar enterrados y convertirse en fósiles. Vamos en este momento en la segunda fase que es haber establecido que sí es un hallazgo.
¿Cuál es el siguiente paso?
Ahora conformamos un equipo de especialistas: geólogos, que establecerán la estratigrafía o sea la edad de que estamos está hablando; un arqueólogo, porque como es cementerio de debe hacer un levantamiento tipo arqueológico; un paleontólogo, el profesor Joao Muñoz, que también es biólogo; topógrafos y otros profesionales más, con los que haremos un levantamiento idóneo, lo más pronto posible para proteger el hallazgo.
Se planean unas semanas intensas, luego a lo largo de un año estaremos yendo hasta hacer el levantamiento completo. A la par se trabajará por grupos específicos, se harán publicaciones y se aspira a que en un año o dos se tendrá la estructura de la megafauna (animales de gran tamaño tal vez tres veces más grandes que los de hoy), se establecerá su adaptación, los ecosistemas y qué vegetación había en estos sitios, para esto último se harán estudios de polen.
¿Es posible que allí haya restos humanos?
Allí tal vez no, pero si se ha sabido que en sistemas cercanos se han hecho hallazgos arqueológicos. Lo que estamos planeando con los directivos del Humboldt, es la protección de estos ecosistemas de cavernas que están interconectados y que se deben conservar como un todo. Seguramente hay registros fósiles, lo desconocemos. Estamos empezando y esto es costoso.
¿Habrá una figura especial de área protegida?
Se lidera, por parte de Germán Andrade un parque kástico (material calizo que por reacción de agua y viento forma estas grutas, salones o cavernas), se hará como un parque nacional natural en el que haya servicio para la sociedad, porque la fauna y la biota nos está permitiendo la regeneración de esos ecosistemas. Allí se podría hacer a futuro un trabajo de ecoturismo.
¿El área del hallazgo es una zona privada?
Es una zona donde habita la comunidad y ese uno de los vacíos que tenemos. El problema para la conservación de estos lugares es que no hay una declaratoria legal para saber quién es el dueño de estos ecosistemas. Hay que pedir los permisos legales y luego hacer el trámite para que la comunidad nos deje entrar.
¿En qué van los acuerdos con la comunidad?
Tan pronto verificamos que era un hallazgo nos contactamos con el Servicio Geológico Colombiano, las alcaldías y la Gobernación de Santander, para evitar que se empiecen a deteriorar estos sitios, a partir de guaqueros, saqueadores, y aventureros que quieran llevarse el material como souvenir.
¿Acudirán a instituciones extranjeras para reforzar y validar la investigación?
Afortunadamente aquí en Colombia se está liderando fuertemente la Paleontología, el profesor Muñoz y yo, junto con los diferentes grupos estudiantiles y de investigación estamos creando esa línea.
Tenemos enfoques diferentes y los geólogos son estratígrafos y personas en posdoctorado, direccionados precisamente a la datación de registros fósiles y análisis de polen fósil o levantamientos geológicos en diferentes periodos, como el Holoceno medio (hace 20 millones de años o también en periodos de hace 2 o 130 millones de años).
Entonces, en principio partimos con un grupo liderado por profesores de la Universidad Nacional con apoyo de Humboldt a nivel técnico.
¿Pero, qué otras universidades harán parte del proceso?
Cuando extraigamos los fósiles seguramente van a tener muchos grupos de mamíferos y ahí contamos a dos universidades de Estados Unidos y Argentina para que nos apoyen en la verificación de datos, seguramente se plantearán muchos trabajos y tesis de grado.
En el polen fósil se trabajará con el profesor Luis Humberto Parra de la Universidad Nacional de Medellín y Cesio Restrepo, quien trabaja con la Universidad de Florida (Estados Unidos). Esto sería en una primera versión, seguramente luego se necesitarán más personas.
¿Hay algún fondo para estos casos, de dónde se va a financiar este trabajo tan largo?
Colombia y Colciencias no tienen recursos ni un fondo como el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), en Argentina, donde se prioriza estos trabajos de investigación.
Contamos coincidencialmente con un trabajo que se hizo en el marco de un proyecto con otros objetivos como es Colombia BIO, por eso esperamos que ojalá haya unos recursos de Colciencias.
También estamos gestionando proyectos y hablando con la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad, pero tampoco se cuenta con fondos. Estamos golpeando en la Gobernación de Santander, la Alcaldía del Peñón y en el área internacional. Gastamos mucho tiempo buscando recursos y son pocos los resultados.
¿Cuánto cuesta el estudio?
Se hizo un aproximado y en el año son unos 200 millones de pesos y una salida inicial con 20 personas, con escasos recursos, es decir lo básico: materiales de trabajo, desplazamiento y estadía. Hablamos de 30 millones de pesos para hacer el levantamiento en unos ocho días.
Otro tema es el estudio en laboratorios para hacer los análisis específicos en Bogotá, Medellín y Florida. Ahí nos tenemos que enfocar en publicaciones concretas. Lo bueno es que trabajamos en equipo, y si bien no tenemos recursos de la Universidad Nacional, si tenemos el logo y eso nos permite gestionar apoyo internacional.
¿Cuál es el mayor reto de esta investigación?
Significa mucho, repito, es el primer hallazgo de un cementerio fósil dentro de una caverna en Colombia. Significa poder demostrar que con un equipo idóneo —en un gran porcentaje nacional— podemos desarrollar este tipo de investigaciones para ponernos a la talla y competir con investigadores de Estados Unidos y Europa.
Es bueno saber que hay gente que lo puede liderar y gente que está interesada en estas líneas.
En estos tiempos de tanto caos, podemos ir al suelo, a la biota y estudiar estos fósiles para comprender ese hallazgo, interpretarlo y extrapolarlo a nuestra vida actual de cambio climático.
Fotografías: © Mario Murcia (EEMN) Grupo de Evolución y Ecología de mamíferos Neotropicales - Universidad Nacional de Colombia - Espeleo colombia - Jesús Fernández Applied Biodiversity Foundation.
Conoce otras historias
La migración climática emerge como problema acuciante en la COP29
20 noviembre, 2024
Las vías de mitigación del metano, a debate en la COP29
20 noviembre, 2024