Cuando el mar Caribe ayuda a restaurar la Ciénaga de La Virgen
Publicado el 16 diciembre, 2016
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Gracias el flujo diario de las mareas, este proyecto de energía alternativa (mareomotriz) funciona hace 16 años para oxigenar un cuerpo de agua que presenta diferentes grados de contaminación.
Cartagena de Indias (Bolívar). Simulando una danza entre el Mar Caribe y la Ciénaga de la Virgen, así funciona La Bocana Estabilizadora de Mareas. El mar da seis pasos para adentro y cuando llega el momento de la Ciénaga, ella da cuatro pasos para afuera. Puede verse como un baile más pero no, en este juego sincrónico las aguas que van y vienen, danzan por la vida de todo un ecosistema.
La Bocana es un enlace artificial entre el mar Caribe y la ciénaga de la Virgen en Cartagena, Colombia, una laguna litoral de aproximadamente 7 kilómetros de longitud. La principal función de La Bocana es oxigenar el agua de la ciénaga y recuperar su equilibrio biológico. Al subir la marea, el agua de mar entra al otro ecosistema a través de seis compuertas. Cuando las mareas bajan se cierran y se abren las cuatro de salida del agua dulce, permitiendo un intercambio.
“Este proceso ocurre dos veces al día de manera continua, entran a la cuenca entre dos puntos cinco millones de metros cúbicos de mar que renueven cerca del 10 por ciento del volumen de la ciénaga”, explica el ingeniero civil, ex alcalde de Cartagena y ex Ministro de Transporte José Henrique Rizo Pombo, quien lideró la construcción del proyecto.
Al entrar el agua de mar a la cuenca, la alta salinidad permite la destrucción de las bacterias y de esa forma se realiza el saneamiento ambiental de las aguas. Aporta oxígeno para incentivar la actividad biológica en este cuerpo de agua», añade.
La Bocana nació para reestablecer las condiciones
sociales, ambientales y ecológicas de la Ciénaga de la Virgen que por muchos años recibió los desechos de Cartagena. En sus aguas desembocaban el alcantarillado público de la ciudad y los agroquímicos de zonas rurales aledañas. Además, sus orillas han sido históricamente invadidas y rellenadas por comunidades que se han asentado ahí.
La historia de La Bocana
Este proyecto fue construido al lado del aeropuerto Rafael Núñez, por el Ministerio de Transporte de Colombia y el Gobierno de Holanda, entidades que aportaron en 1994, 50 mil millones de pesos para comenzar la construcción. Pero solo hasta el 25 de marzo de 1999 la empresa Boskalis de Holanda inició los trabajos. El 25 de noviembre del 2000, con las obras ya terminadas, empezó el baile, ese donde ingresa y sale el agua del Mar Caribe.
Fernando Sánchez, biólogo marino y director de la Fundación Planeta Azul Caribe asegura que La Bocana ha sido un proyecto beneficioso para el ecosistema, pues mejoró el recambio de agua, un recambio que era natural pero se perdió cuando empezó a cerrarse el flujo del agua en el sector de la Boquilla (al norte de Cartagena, debido a la expansión urbana) y no abrirse anualmente como era lo esperado”.
Pero no ha estado libre de polémicas. Como en buen baile también ha habido ‘pisotón’. “Ese proyecto se creó para mejorar las condiciones y calidad del agua del ecosistema pero desde un principio hubo debilidades”, sostiene Fermín Pérez, pescador del corregimiento de La Boquilla. Uno de los problemas es la discusión con los pescadores debido a que ese es un lugar de pesca que suelen acompañar los pájaros y ellos se han convertido en un riesgo para los aviones.
“Si se cae un avión esa responsabilidad no es de nosotros, fue de quien inventó y creó el proyecto que no tuvo en cuenta que no era viable en esa posición donde está a 150 metros de la cabecera de la pista. Esa fue la primera falla y eso lo digo siempre”, afirma Pérez. “Han querido vender a la ciudad de Cartagena que nosotros llevamos los pájaros a la Bocana y eso es una vil mentira porque nosotros no cargamos esos animales en el hombro. Los desechos humanos llegan ahí y eso se convierte en nutrientes para los peces, y si están los peces llegan las aves”, añade.
Al respecto, Rizo señala que ‘La Bocana’ fue construida en ese lugar porque “el conjunto de variables que se tuvieron en cuenta daba que este era el sitio óptimo”. Asegura que durante el proceso de planeación se realizaron investigaciones con la Aeronáutica Civil y se tuvo en cuenta el riesgo que representaban las aves que volaban por el sector. “Los primeros años hubo pruebas pero como los mantenimientos se dejaron de hacer oportunamente, persiste el problema de los pájaros”, asegura Rizo.
El ingeniero Rizo sostiene que esta situación se resolvería si se dragara la dársena (una parte resguardada de las corrientes, para que las embarcaciones puedan fondear o cargar y descargar con comodidad) cada cinco años. Esto mantendría la profundidad suficiente para que los peces pasen sin ningún problema. “He visto que el agua de la ciénaga le llega a las personas a la rodilla, entonces pasa un pez cerca a la superficie y el pájaro llega a atraparlo”.
Pese al inconveniente, Fermín reconoce que gracias a la Bocana la pesca se reactivó. Lo cierto es que La Bocana es lo que hasta ahora ha permitido restaurar parte de la Ciénaga de la Virgen.
En medio de la danza del agua, el Caribe intenta salvar a ‘La Virgen’ y sin importar que la música suene o calle, ellos siguen bailando.
*Semillero de comunicación ambiental Yuca Pelá. Universidad Tecnológica de Bolívar.
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