El ingeniero agrícola Jorge Faustino, experto en manejo de cuentas y ordenamiento territorial, recomienda cinco medidas para preservar el agua y el suelo, básicos para la seguridad alimentaria y el sustento de los servicios que prestan los ecosistemas.
En un 60 por ciento deberá incrementar la producción de alimentos en el año 2050 con tal de satisfacer a los 9.000 millones de habitantes de todos los continentes. Sin embargo, para producir tanta comida, se necesitaría elevar la disposición de suelo y agua, elementos que según la ciencia no podrán aumentar en esa fecha.
“El suelo es un recurso variado en su calidad y características, por lo que no se puede contar con toda esta porción para la producción de alimentos. Es un recurso natural esencial para sostener la vida en el planeta y se estima, que el 95% de los alimentos se producen directa o indirectamente en los suelos”, explicó Jorge Faustino, investigador del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), con sede en San José de Costa Rica.
El experto opina en cuanto al agua que “Los países de América Latina y el Caribe están bien dotados del recurso hídrico, sin embargo, su disponibilidad es dispersa y heterogénea. Además, en algunos territorios se tiene agua, pero no es de buena calidad por falta de buen manejo o uso, lo que implica costos de tratamiento, baja productividad, inseguridad alimentaria y restricciones en el desarrollo económico”.
Es importante recordar -dice Faustino- que tres cuartas partes del planeta son agua salada y solamente el 3% del total es agua dulce que se utiliza para los usos básicos de la humanidad. Además, la cuarta parte resultante es tierra, la cual está dividida en los cinco continentes.
Durante el foro virtual denominado Seguridad hídrica y los suelos, efectuado recientemente por CATIE y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) como parte del ciclo de foros sobre la contribución de los suelos para el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible; Faustino advirtió que este es un tema de gran importancia no solamente por los recursos agua y suelo en sí mismos, sino también, porque ambos recursos son la base para la seguridad alimentaria y para la provisión de los servicios ecosistémicos.
Las alternativas
En su exposición -indicó Faustino- el suelo es un excelente reservorio de humedad, lo que reafirma la conveniencia de manejar integralmente la relación del trinomio suelo, agua y vegetación. Para preservarlos y evitar su escasez, se debe hacer:
· Uso eficiente del agua y el suelo
· Emplear agricultura de precisión
· Invertir en investigación agropecuaria
· Aprovechar un uso no consuntivo del agua (la que se utiliza y es devuelta luego al medio del cual se extrajo)
· Analizar si las capacidades de uso del suelo son ajustables y flexibles.
Ante 429 asistentes virtuales de 20 países el ingeniero Faustino dijo que no habrá una seguridad hídrica y un buen desarrollo de la producción agropecuaria si nuestra agricultura no escala hacia la precisión.
¿Cuánta agua necesita una planta?, ¿qué sabemos en este momento sobre el uso consuntivo de nuestras plantas frente al cambio climático y frente a cambios de temperatura?, ¿tenemos la información suficiente para determinar la cantidad de agua que necesita un cultivo o sistema de producción? «Es algo que la investigación debería respondernos».
Con información de Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA)