Autoridades ambientales entregan informe técnico sobre la forma en que se originó la avalancha de Mocoa y definen recomendaciones sobre el manejo del evento.
El equivalente a una lluvia de 10 días continuos, cayó en Mocoa (Putumayo), en la noche del viernes 31 de marzo y la madrugada del sábado primero de abril.
Dicha precipitación extrema, según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), fue de 129 mm y se presentó entre las 10:00 p.m. y la 1:00 a.m..
El reporte está consignado en la primera Evaluación Ambiental Preliminar de la Emergencia entregada en las últimas horas por la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonia ‘Corpoamazonia’.
Según el informe, el torrencial aguacero se sumó a factores como terrenos arcillosos y arenosos, fallas geológicas, áreas pendientes y algunos cambios de uso del suelo en la parte alta de la ciudad; desencadenando deslizamientos y fenómenos de remoción en masa en la parte alta y media de las microcuencas de los ríos Sangoyaco y Mulato y las quebradas Taruca, Conejo y Almorzadero.
Las condiciones anteriores provocaron el represamiento y colmatación de los cauces principales de los ríos mencionados, generando la avalancha de piedras, troncos y lodo, que avanzó hasta el casco urbano causando afectaciones a 17 barrios.
Reporte de autoridades
Durante una Mesa Técnica del Sistema Nacional Ambiental (SINA) realizada en Mocoa el martes 4 de abril y convocada por el Ministerio de Ambiente, se concluyó que el principal origen del evento no fue la falta de cobertura vegetal.
“En este caso la deforestación no fue la única causa del desastre. Luego de varios sobrevuelos y análisis técnicos se encontró que hubo desprendimientos de tierra en las partes altas de la cuenca, incluso en áreas que estaban bien conservadas. Fue un fenómeno extraordinario”, dijo el ministro de Ambiente, Luis Murillo.
Las tareas y recomendaciones a seguir para las autoridades y ciudadanía, a corto y mediano plazo, quedaron consignadas en la Evaluación Ambiental Preliminar de la Emergencia y fueron dadas a conocer por el director Corpoamazonia, Luis Alexander Mejía Bustos:
– Generar alertas tempranas: Es necesario mantener monitoreo de los deslizamientos y potenciales represamientos generados en la parte alta y media de los ríos Mulato y Sangoyaco y las quebradas Taruca, Conejo y Almorzadero.
– La limpieza de cauces puede verse limitada, dado el tamaño de rocas que superan los 3 metros y árboles con longitudes de hasta 5 metros.
– Implementar sistemas de alerta temprana con estaciones de niveles y caudales o con monitoreo participativo, que permita identificar los cambios de volumen en los afluentes que llegan al municipio.
– Establecer mecanismos de comunicación y divulgación efectivos como perifoneo con ayuda de Juntas de Acción Comunal, Fuerza pública, Iglesias, que permitan mantener informada a la ciudadanía.
– Evaluar el volumen potencial que se podría generar en nuevos deslizamientos en la parte alta y media de las fuentes hídricas antes mencionadas.
– Continuar el análisis de amenaza, vulnerabilidad y riesgos por avenidas torrenciales con flujos de lodos y escombros como piedras y troncos, para determinar todas las zonas de riesgo no mitigables y que requieren ser reubicadas, adicionales a las afectadas por estos eventos.
– Definir los sitios potencialmente seguros que serán parte del proceso de reubicación de sobrevivientes y de aquellos que se encuentran aún en amenaza alta por avenidas torrenciales.
– Las zonas de mayor susceptibilidad a deslizamientos de la parte alta y media de la cuenca, así como las zonas afectadas por la avalancha deben ser declaradas como suelo de protección absoluta.
– Identificar fuentes alternas de abastecimiento hídrico tanto superficial como subterráneo en sectores con mayor estabilidad geológica y geomorfológica que permitan disminuir la vulnerabilidad por desabastecimiento de acueductos.
– Una vez se realice la atención del evento, el municipio debe iniciar el proceso de revisión excepcional de su Plan de Ordenamiento Territorial – POT.
¿Qué deben hacer los ciudadanos?
– Mantenerse alerta a cambios repentinos de caudales altos a bajos, en las fuentes hídricas de los ríos Sangoyaco y Mulato y las quebradas Taruca, Conejo y Almorzadero e informar a las autoridades más cercanas sobre el comportamiento de las mismas.
– Estar atentos a las comunicaciones oficiales y recomendaciones emitidas por las entidades competentes como Alcaldía, Gobernación y Corpoamazonia.
– Informar de manera oportuna a Corpoamazonia sobre la presencia de árboles susceptibles de caída que representen peligro.
Fotografía principal: ©Corpoamazonia
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