Más investigación, educación, recursos y acciones conjuntas se necesitan para enfrentar el fenómeno: Omar Franco, director del Ideam.
El país acaba de cumplir con la entrega de la Tercera Comunicación Nacional a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), con sede en Bonn (Alemania).
Se trata de un documento de 500 páginas que compila las cifras y acciones que está desarrollando el país para atender los efectos que ya genera y puede causar a futuro el cambio climático. Un fenómeno atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima.
La entrega de la Comunicación Nacional es uno de los compromisos que adquirió el país al firmar la CMUNUCC. Este es el país numero 38 en hacerlo y el décimo en América Latina, de los 197 países que a la fecha hacen parte de la Convención.
Se elaboró durante los últimos tres años por funcionarios del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) y la Oficina de las Naciones Unidas (Pnud), con aportes del Ministerio de Ambiente, la Cancillería y el Departamento de Planeación Nacional. Fue financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente ‘GEF’ (Global Environmental Facility).
¿Qué contiene?
Comprende información sobre los avances del país frente a la implementación de la CMNUCC en cuanto a la adaptación y mitigación, medidas para reducir las emisiones, vulnerabilidad, riesgos para la población y el territorio, acciones para reducir dichos riesgos, educación al público, transferencia tecnológica, entre otros aspectos.
Uno de los temas más importantes que analiza es la producción anual de los llamados Gases Efecto Invernadero (GEI), que son los compuestos presentes en la atmósfera que hacen aumentar la temperatura en el planeta.
Son estos el vapor de agua (H2O), el dióxido de carbono (CO2 ), el óxido nitroso (N2 O), el metano (CH4 ) o el Ozono (O3 ), generados según el Ideam, por actividades como industria, transporte, agricultura, deforestación, disposición de residuos sólidos y líquidos, conversión de páramos y humedales a tierras de cultivos o por minería.
¿En qué va el país?
La Tercera Comunicación Nacional indica que Colombia ocupa el quinto puesto entre los 32 países de América Latina y el Caribe en generación de GEI y el 40 en el mundo con 0.42% de las emisiones totales globales.
De esta manera, pasó de emitir el 0,37% de las emisiones mundiales a emitir el 0,42% en los últimos años.
La deforestación causa el 26% de las emisiones, transporte, 11%; industria manufacturera, 11% y sector agropecuario, 26%.
Según la investigación, en 20 años las emisiones del país aumentaron en un 15% (36 millones de toneladas de CO2 equivalentes) pasando de 245 millones de toneladas en el año 90 a 281 millones de toneladas en 2010.
El promedio es de 258 millones de toneladas de CO2 que se emiten a la atmósfera al año.
Las cifras cobran fuerza porque justamente Colombia se comprometió bajo el ministerio de Gabriel Vallejo en la pasada Conferencia de las Partes en París, a disminuir en un 20 por ciento sus emisiones a 2020, eso es 76.5 millones de toneladas.
“Se tendrá que hacer un trabajo muy juicioso. Desde la Comisión Intersectorial de cambio climático y los sectores productivos con acciones financiera y económicas para reducir las emisiones”, comentó el director del Ideam Omar Franco Torres, al presentar el Informe.
Por sectores, los que más impactaron con sus emisiones entre 1990 y 2012 fueron: La industria manufacturera que de 14 millones de toneladas aumentó a 28. El sector de minas y energía, de 14 subió a 25 millones de toneladas y el transporte de 18 a 28 millones de toneladas.
O,8 grados más caliente
La Tercera Comunicación Nacional registra que entre 1971 y 2015 la temperatura promedio nacional aumentó 0,8°C cuando el promedio del país es de 22,2 °C.
Sin embargo, se espera que al final del siglo, en el año 2100, el territorio nacional tenga una temperatura con 2.14 grados Celsius más. Es decir, superaría la meta que justamente la Convención Marco se ha propuesto evitar, que el planeta supere los 2 grados de temperatura.
Al citar al ambientalista Julio Carrizosa cuando expresó que la ‘generación del 2100 ya nació’, Franco Torres argumentó que dicha generación ya entra en condición de riesgo importante, al coincidir con la proyección de temperatura a nivel global.
“Es la primera vez que se entrega al país un inventario GEI tan detallado, es un hito técnico a nivel latinoamericano, porque no existe otro documento con el nivel de profundidad por departamento o municipio y el porcentaje de gases que emite. Queremos que esto sirva para tomar decisiones desde la política pública, desde los ministerios y sectores productivos”.
Advertencia a regiones
El reporte advierte que todos los municipios del país presentan diferentes grados de riesgo frente al cambio climático. A 2040 el 59 por ciento de los municipios estarán en riesgo medio alto y 25 municipios riesgo alto.
También establece indicadores sobre afectaciones en seguridad alimentaria, riesgos en abastecimiento de recurso hídrico, impacto en biodiversidad, vulnerabilidad en cuanto a vectores, salud pública y epidemiología.
“Solo imaginemos a Bogotá con un grado más de temperatura”, dice el Director del Ideam.
Los 20 departamentos con riesgo en cambio climático albergan el 57 por ciento de la población y representan el 69% del PIB nacional.
De las 32 capitales de departamento 15 presentan riesgo entre alto y muy alto como San Andrés y Bogotá, en las que dice el Ideam, hay que valorar la garantía de los servicios públicos a largo plazo.
También incluye escenarios de cambio climático departamental, en los que se muestra cómo va a evolucionar la temperatura y la precipitación en 2040 y 2100 e integra los datos de áreas continentales y marinas.
Por ejemplo, Atlántico, Cesar y Magdalena aumentarían un grado de temperatura a 2040.
San Andrés, Vaupés, Magdalena, Caquetá, Cesar, Bolívar, Amazonas y La Guajira pueden tener un déficit de precipitación cercano del 14 al 20 por ciento en el mismo año.
San Andrés tendría un déficit del 30 por ciento en precipitaciones. Sobre lo anterior Franco Torres expresó: “Esta es una sociedad que debería replantear el modelo de desarrollo y uso de recurso hídrico para empezar a optimizar y amortiguar esta situación. El fin es que los gobernadores adopten medidas para adaptarse a un aumento de temperatura con base en estas cifras”.
Tendrán exceso de precipitación Tolima, Cauca, Huila y Risaralda con un aumento del 20 por ciento. Aquí el Director del Ideam destacó la cantidad de hectáreas de cultivo de café asociado a las condiciones de hoy en la región cafetera: “Me pregunto ¿están los cafeteros preparados a tener en unos años un aumento de precipitación de esta magnitud? Deberán hacer una valoración e investigación de cómo adaptarse y construir un trabajo serio con los campesinos”.
Crítica a las acciones
En el territorio colombiano se han adelantado 14 mil acciones regionales asociadas al cambio climático. Entre 2011 y 2015 la mayoría de acciones compatibles frente a la mitigación de cambio climático se relacionaron con desarrollo urbano, tratamiento de aguas residuales, infraestructura y transporte, gestión de residuos, reforestación. “Muchas de estas se ejecutaron de manera aislada y no integradas a un concepto de trabajo regional”.
Los departamentos que han efectuado más esfuerzos en este tema son: Cundinamarca, Antioquia, Boyacá, Santander y Huila.
“Hay iniciativas desarticuladas sobre reforestación y control de erosión, departamentos que han realizado procesos por regalías, en estos casos se reconoce el esfuerzo pero es más el proceso de deterioro que el de recuperación en inversión”.
‘Expertos en foros’
En cuanto a la generación de conocimiento, el funcionario dijo que el nivel es menor de lo que se necesita.
“Somos un país altamente planificador y poco ejecutor, hay toda clase de planes pero al reflejarlos en el territorio no se tiene los recursos o no hay apropiación presupuestal necesaria y se quedan como iniciativas”.
Se identificaron 1.084 acciones en educación sobre el tema. De estas solo 309 corresponden a la política pública de educación frente al cambio climático.
“Las demás son importantes pero aisladas, esto significa que no se está ejecutando la política pública, lo cual supone una reflexión con las corporaciones autónomas y el Sistema Nacional Ambiental (Sina).
También informó que Colombia produce menos del 1% en publicaciones científicas en cambio climático del mundo.
“Somos un país que no está produciendo información. Somos expertos en paneles y foros de expertos, todos los días hay eventos sobre el tema. Si tuviéramos esa condición de ‘expertos’ seguramente pasaríamos del 1 por ciento. Pero cuando revisamos esa literatura expresamente técnica-científica tenemos una sorpresa gigante”, dijo Franco.
En efecto, agregó, entre 2010 y 2015 se registraron 822 documentos sobre cambio climático, 133 artículos por año, mientras que países como Brasil tiene 300 y Estados Unidos más de 5.000.
En literatura blanca la Universidad Nacional tiene 231 documentos y el CIAT 183. En la literatura gris que es la que producen entidades como el Ideam, 33 documentos que se adicionan a 14 del Ministerio de Ambiente y a 13 del Departamento Nacional de Planeación.
“El país debe aproximarse al conocimiento no se está generando el nivel de información que se requiere para tomar mejores decisiones”.
Es documento oficial
Franco Torres invitó a todos los sectores del país a tomar este documento como referencia oficial, otorgando crédito a la fuente, porque dice que muchos sectores toman apartes y crean sus propios documentos, que luego utilizan -por ejemplo- para solicitar licencias ambientales.
En cuanto a los recursos financieros para emergencias manifestó que se están haciendo inversiones sustancialmente importantes y buenas. “De hecho somos una potencia mundial en atención de emergencias y desastres, un sistema robusto con recursos suficientes para poderlo adelantar. Pero esto versus a la generación de información para el país hacia la toma de decisiones -en cuanto a los recursos- no es proporcional, no es claro, no tiene relación directa entre lo que se puede llegar a evitar con la generación de conocimiento frente a la atención de una emergencia”.
Las inversiones en su gran mayoría están asociadas a transporte masivo en el Eje Cafetero, Pereira, Cartagena, Cali, Bogotá con transporte como transmilenio. “Son los que están poniendo el peso en términos relacionados con cambio climático”.
Respecto al Fondo Adaptación afirmó que es significativo el impacto que está teniendo. “Fue creado para atender una emergencia pero el reto de cambio climático le impone una agenda técnica científica que se debe articular con el Ideam para poder hacer inversiones significativas”.
Finalmente indicó que la brecha en cuanto a recursos financieros asociados a cambio climático que se deberían invertir en el país asciende a 3,5 billones anuales, esto para cumplir las metas de mitigación y evitar daños en infraestructura, tal como ocurrió con le fenómeno de la Niña en 2010-2011.
Celeridad en Corte y Congreso
En el evento de presentación de la Tercera Comunicación, Luis Gilberto Murillo, ministro de Ambiente, pidió a la Corte Constitucional y al Congreso de la República celeridad en los proyectos presentados como herramientas necesarias para hacerle frente al cambio Climático.
“Hago un llamado al Congreso para que le dé trámite ágil a la Ley Marco de Cambio Climático porque la necesita el país. De la misma forma a la Corte Constitucional para que de manera ágil pueda revisar y aprobar en última instancia el tratado de París”.
Explicó que el estudio está dirigido a los sectores de transporte, vivienda, minas y energía, para el tema de riesgo pero especialmente, al sector educativo.
Igualmente, Pablo Ruíz Hiebra, director del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambinete (Pnud) en Colombia, afirmó que que el desafío para el país es aprovechar al máximo esta información. “Espero sea usada para generar acciones de desarrollo humano nacional y local, que los diferentes actores la conozcan, es un insumo para la construcción de paz en los territorios y evitar futuros conflictos, para parar la deforestación a través de desarrollo humano sostenible y se incorpore en la toma de decisiones públicas como la reducción de emisiones y aquellas que fortalezcan el vínculo entre adaptación al cambio climático y gestión del riesgo”.
Gráficas: Ideam