El terremoto de magnitud 7,1 fue sentido por 12,4 millones de personas que habitan el centro de México.
“Los sismos no se pueden predecir. Ninguna institución declararía que se va a producir uno, ni la ONU, ni nosotros, solo hay que estar preparados”, declaró Xioly Pérez Campos, jefe del Servicio Sismológico Nacional (SSN), entidad adscrita a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La funcionaria se refirió al mensaje que comenzó a circular por diferentes redes sociales el 19 de septiembre —una vez se registró el sismo de magnitud 7.1 en el centro del país— según el cual «la ONU alertaba frente a un nuevo movimiento tectónico».
“Hasta la fecha no se cuenta con técnicas científicas en ninguna parte del mundo que puedan determinar cuándo o dónde ocurrirá un sismo, tampoco se puede saber qué tan grande será o qué efectos tendrá en la población. Estar informados acerca de estos fenómenos naturales será de gran utilidad para mitigar el riesgo sísmico en caso de un evento de magnitud considerable”, ´reportó posteriormente el SSN en un comunicado.
Rocas se reacomodan
Lo que si advirtió la entidad fue sobre la ocurrencia de posibles réplicas. “Las rocas que se encuentran cerca de la zona de ruptura sufren un reacomodo, lo que genera una serie de temblores en la zona, las réplicas. Su número puede variar desde unos cuantos hasta cientos de eventos en los próximos días o semanas de ocurrido el temblor principal”.
Como consecuencia del sismo Puebla-Morelos (magnitud 7,1), del 19 de septiembre hasta el momento se han presentado 39 réplicas (la mayor de magnitud 4.0) hasta las 5 a.m. del 22 de septiembre. Respecto al sismo del día 7 de septiembre (magnitud 8.2) con epicentro en Pijijiapan, Chiapas, golfo de Tehuantepec, se han presentado 4003 réplicas (la mayor de magnitud 6.1) hasta las 5 am del 22 de septiembre.
“Este sismo provocó un movimiento muy intenso porque Ciudad de México está a 120 km del epicentro. Estuvieron expuestas 6,5 millones de personas de la capital y su zona conurbada (centros poblados aledaños), en 2 millones de viviendas y unas 12,4 millones de personas en todo el centro del país”, afirmó Leonardo Ramírez del departamento de Ingeniería de la UNAM.
Sobre los daños en la infraestructura de la ciudad, explicó que corresponde a zonas similares a las observadas en el terremoto de 1985: “Es probable que la aplicación del reglamento antisísmico no se hizo de manera correcta en algunas de las edificaciones que resultaron dañadas y otros edificios afectados hace 32 años no se repararon adecuadamente”.
Simple coincidencia
La jefe del SSM, geóloga graduada en la UNAM y doctorada en geofísica en la Universidad de Stanford, aclaró también que no hay ninguna información científica adicional respecto a que este evento haya ocurrido en la misma fecha del terremoto de hace 32 años: “Fue mera coincidencia, no hay otra razón”, contestó.
México se encuentra en una zona de alta sismicidad debido a la interacción de 5 placas tectónicas: La placa de Norteamérica, la de Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la placa del Caribe. Por esta razón no es rara la ocurrencia de estos eventos, explica el SSN, entidad que reporta en promedio 40 sismos por día.
«Es común el registro de sismos entre los estados de Puebla y Morelos y existe un historial de epicentros de los eventos sísmicos reportados desde el año 1900».
El sismo del pasado martes 19 ocurrió a las 1: 14:40 horas dentro de la placa de Cocos, con epicentro a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, en el estado de Morelos, y una profundidad de 57 kilómetros.
Fue similar al presentado a las 23:49 horas de la noche del 7 de septiembre de este año, en el golfo de Tehuantepec, cuya magnitud fue de 8,2 a 58 km de profundidad y a 120 km de México, pero es independiente, dijo la geóloga Pérez Campos.
Los sismos que más destaca el SSN son: el 15 de junio de 1999 a las 20:42, en una escala de 7 y profundidad de 63 km, a 218 km de ciudad de México. También similar al del martes 19 pero con diferente magnitud, dice la entidad.
El presenstado el 24 de octubre de 1980 a una escala de 7,1 y profundidad de 65 km, con epicentro a 161 km de ciudad de México.
Uno con alto poder de destrucción también en el centro de México, el del 19 de septiembre de 1985 a las 7:19 minutos de la mañana, de 8.1.
El Instituto de Geofísica, la UNAM y el SSN, entidades a cargo de los temas sismológicos a escala nacional, desarrollan una campaña con mensajes como este, con el fin de informar a la ciudadanía respecto a que no hay una fórmula para predecir los sismos.