Adiós al último rinoceronte blanco del norte que quedaba sobre la tierra
La demanda de su cuerno en China y Yemen generó una voraz cacería en los 70 y 80, que diezmó las poblaciones. Solo quedan dos hembras.
Sudán, el último ejemplar macho de rinoceronte blanco del norte que quedaba sobre la tierra murió en Ol Pejeta Conservancy, Nanyuki, Kenia.
Los veterinarios que atendían sus afecciones degenerativas en músculos y huesos lo mismo que las heridas en su piel, no lograron salvarlo. En las últimas 24 horas su condición de salud empeoró significativamente y no pudo ponerse de pie. Por esta razón, el equipo veterinario del zoológico Dvůr Králové, Ol Pejeta y el Servicio de Vida Silvestre de Kenia tomaron la decisión de practicarle la eutanasia.
Con la muerte de Sudán, de 45 años, solo quedan dos hembras de rinocerontes blancos del norte en el planeta: su hija Najin y su hija Fatu, que permanecen en Ol Pejeta.
Demanda de cuernos
La caza furtiva de los años 70 y 80, impulsada por la demanda de cuerno de rinoceronte en la medicina tradicional China y de puñales en Yemen, acabó con las poblaciones de rinoceronte blanco del norte en Uganda, República Centroafricana, Sudán y Chad.
La última población silvestre restante compuesta por 20-30 rinocerontes en el Parque Nacional Garamba en la República Democrática del Congo sucumbió a los combates en la región durante la década de 1990 y principios de 2000.
«Nosotros en Ol Pejeta estamos tristes por la muerte de Sudán. Fue un gran embajador de su especie y será recordado por el trabajo que realizó para concienciar a nivel mundial sobre la difícil situación que afrontan no solo los rinocerontes, sino también los muchos miles de otras especies que se enfrentan a la extinción como resultado de una actividad humana insostenible», dijo Richard Vigne, directivo de Ol Pejeta.
En 2009, los últimos cuatro rinocerontes blancos fértiles del norte, dos machos y dos hembras, fueron trasladados del zoológico Dvůr Králové en la República Checa a Ol Pejeta, con el apoyo de Fauna & Flora International y Kenya Wildlife Service. Se esperaba que el clima y los ricos pastizales de The Nature Conservancy, similares al hábitat nativo de esta subespecie, les proporcionaran condiciones de reproducción más favorables.
Fue el último rinoceronte blanco del norte que nació en la naturaleza. Su muerte es un símbolo cruel de desprecio humano por la naturaleza y entristeció a todos los que lo conocieron. Pero no debemos rendirnos. Debemos aprovechar la situación única en la que las tecnologías celulares se utilizan para la conservación de especies en peligro crítico. Puede sonar increíble, pero gracias a las técnicas recientemente desarrolladas, incluso Sudán podría tener descendencia: Jan Stejskal, director de Internat.
Al llegar allí, los cuatro fueron sometidos a vigilancia armada las 24 horas y se les alimentó con una dieta a base de suplementos. Sin embargo, a pesar de su apareamiento, no hubo embarazos exitosos.
A principios de 2014, se pusieron en marcha planes para introducir un rinoceronte blanco meridional macho a las dos hembras del norte de raza blanca con la esperanza de una cría, pero no se logró.
Sudán escapó de la extinción en la década de 1970, cuando fue trasladado al zoológico Dvůr Králové. A lo largo de su existencia, contribuyó significativamente a la supervivencia de su especie ya que engendró dos hembras.
Además, su material genético recolectado en las últimas horas, proporciona una esperanza para futuros intentos de reproducción de rinocerontes blancos del norte a través de tecnologías celulares avanzadas.
De esta forma, la única esperanza para la preservación de esta subespecie radica ahora en desarrollar técnicas de fertilización in vitro (FIV) utilizando óvulos de las dos hembras restantes, semen de rinoceronte blanco septentrional almacenado de machos y hembras de rinoceronte blanco, reportó Ol Pejeta Conservancy.