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El Santuario Tortuguero Playa de Rancho Nuevo, ubicado en el estado de Tamaulipas, registra hasta el momento la mayor concentración mundial de hembras de tortuga lora (Lepidochelys kempii) en desove, con 8 mil individuos.
Se trata de la tercera arribazón de la temporada 2018, en la cual los reptiles se agruparon en un espacio de apenas 500 metros, en un fenómeno no registrado desde 2011 y anteriormente desde 1947.
Según las autoridades ambientales mexicanas, en los últimos años se ha observado un incremento en la cantidad de ejemplares que llegan a estas costas. Durante la temporada 2016 arribaron alrededor de 4 mil 357 tortugas lora, mientras que en 2017 arribó un aproximado de 5 mil.
Personal de campo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), junto con pobladores, voluntarios y técnicos de diversas instituciones, lograron la reubicación de 1.349 nidos a corrales con el fin de protegerlos. El resto se mantendrán in situ en las zonas de concentración y bajo vigilancia diaria.
Una característica que destaca en esta especie es su conducta de anidación pues lo hace de manera masiva y sincrónica, a plena luz del día entre los meses de abril y junio.
La tortuga lora se encuentra en peligro de extinción, junto con la tortuga golfina, son las dos únicas especies que llevan a cabo la llegada masiva a las playas para anidar, fenómeno conocido como arribazón.
El Santuario Tortuguero Playa de Rancho Nuevo es un Área Natural Protegida (ANP), ubicada en una zona costera de Tamaulipas rica en diversidad biológica, con humedales y manglares considerados de vital importancia ecológica.
Entre la flora más representativa destacan varias especies de mangles considerados en alguna categoría de riesgo como el mangle blanco (Laguncularia racemosa), mangle rojo (Rhizophora mangle), botoncillo (Conocarpus erectus) y mangle negro (Avicennia germinans).
En el proceso de conservación participan CONANP, el Gobierno del Estado de Tamaulipas y el proyecto GEF Especies Prioritarias, en el marco del Programa Nacional de Conservación de Tortugas Marinas, el Programa Binacional de Conservación de Tortuga Lora entre los Gobiernos de México y Estados Unidos con el apoyo del Zoológico Gladys Porter Zoo (USA).
Video y fotos: ©conanc
A partir de 50 plantas silvestres de los ecosistemas paramunos de La Rusia, El Valle y Ocetá, ubicados en el departamento de Boyacá, fue creado el primer Banco de semillas nativas del país.
Para lograrlo, durante ocho meses, científicos del Jardín Botánico de Kew, la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Tunja (UPTC) y el Instituto Humboldt, unidos a voluntarios de distintas entidades nacionales, se formaron en procedimientos de conservación de semillas, desde recolección y procesamiento hasta el almacenamiento a largo plazo, con énfasis en técnicas para maximizar la variabilidad genética y asegurar su conservación.
El Banco de semillas estará en Boyacá porque este departamento tiene el 19 % del área total de los ecosistemas de alta montaña del país, razón por la cual será la zona geográfica piloto para la recolección, conservación y evaluación de las semillas de flora silvestre.
En la colección de semillas de plantas nativas fueron incluidas varias especies del género Espeletia, más conocidos como frailejones, vegetación característica del paisaje paramuno.
En Colombia no existía un banco de semillas nacional o regional para que las plantas silvestres se conservaran por fuera de su hábitat, por esto es que el banco de semillas permite preservar la diversidad genética de las especies prioritarias amenazadas, endémicas y útiles.
Con esta colección de semillas, dice el Instituto Humboldt, “se espera apoyar futuros proyectos de restauración ecológica, conservación de plantas y de reintroducción y recuperación de poblaciones de especies amenazadas”.
También informó que este ejercicio será como la cuota inicial de un gran banco nacional de semillas de plantas silvestres que fortalecerá la capacidad de Colombia para recolectar, evaluar y explotar, de forma legítima, sus recursos fitogenéticos y gestionar de manera sostenible su diversidad biológica.
Si bien las iniciativas globales más destacadas solo estaban enfocadas en la conservación de semillas de plantas cultivadas, ahora se cuenta con estos reservorios de especies silvestres donde el más importante es el Banco de Semillas del Milenio, del Real Jardín Botánico de Kew, del cual, ahora forma parte la iniciativa puesta en marcha en Boyacá.
Esta colección forma parte del muestrario nacional, custodiado por el Instituto Humboldt en Villa de Leyva, e internacional que espera reunir semillas del 25 % de las plantas del mundo para el 2020, proyecto liderado por el Jardín Botánico de Kew.
Los páramos son estratégicos por tratarse de hábitats andinos de gran altitud que aportan a la regulación hídrica y hospedan flora variada y especializada. Sin embargo, estos enfrentan al cambio climático, la agricultura, la minería y otras actividades humanas.
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Pocos días antes del inicio de la temporada de avistamiento de ballenas en aguas colombianas, algunos ejemplares ya se hicieron presentes frente al Parque Nacional Natural Gorgona.
Ximena Zorrilla, jefe de esta área protegida dijo que el fin de semana pasado tuvieron un primer reporte de avistamiento. «Los pescadores que visitan el área protegida nos avisaron que un grupo fue avistado viajando hacia la parte norte del Pacífico colombiano”.
Normalmente las ballenas recorren unos 8 mil kilómetros desde la Antártica para efectuar uno de sus ciclos vitales más importantes: la reproducción.
Pero será entre julio y agosto cuando llegue la mayor cantidad de estos cetáceos, se calcula que unos 3 mil ejemplares de ballenas jorobadas o yubartas (Megaptera Novaeangliae) buscarán las cálidas aguas para aparearse y dar a luz.
Las áreas con mayor presencia de esta especie son los Parques Nacionales Naturales Gorgona, Uramba, Bahía Málaga y Utría, donde se puede escuchar sus cantos, saltos y juegos.
Las yubartas, a través de sus melodías seducen a las hembras, el eco que producen puede durar hasta 50 minutos y recorrer una distancia de 25 kilómetros bajo el agua.
La Unidad de Parques Nacionales Naturales de Colombia realiza en las áreas protegidas con presencia de este mamífero, actividades de educación, control y vigilancia constante a motoristas de embarcaciones, quienes han sido capacitados previamente para ejercer un avistamiento responsable.
Igualmente, han capacitado a intérpretes ambientales Parques y la Fundación Yubarta con apoyo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Ellos son los encargados de sensibilizar a los visitantes con el fin de dar a conocer datos interesantes sobre la especie y sobre la zona que es un lugar clave para la reproducción y crianza de las ballenas.
Para este año esperan recibir en toda la temporada aproximadamente 35 mil turistas que visitarán los parques naturales y las playas de las de Flores, Coquí, Arusí, Juanchaco y Ladrilleros.
Por esta razón, indica Parques Naconales, la temporada de ballenas es una oportunidad para que los consejos de comunidades afrodescendientes que habitan en la zona se fortalezcan en actividades de ecoturismo, administración del área y recursos naturales.
“El avistamiento de ballenas es un regalo de la naturaleza que todos debemos admirar y proteger. Por eso, Parques y las diferentes entidades ambientales seguiremos trabajado para preservar este espectáculo natural y velando por la protección de las ballenas”, indicó la entidad.
● Atender la inducción de 10 minutos sobre la importancia del Área Protegida y su rol en los procesos ecológicos como reproducción, parto, crianza, lactancia y socialización de las ballenas.
● Verificar que las embarcaciones porten un banderín o distintivo de autorización de avistamiento.
● Asegurarse que en las embarcaciones vaya un intérprete ambiental.
● Tener presente que la observación de los cetáceos podrá realizarse por orden de llegada de las embarcaciones.
● Recordar que el horario permitido para que las embarcaciones realicen el avistamiento es de 8:00 a.m. a 4:00 p.m. cada día.
● Si se encuentra una sola embarcación en el área de avistamiento se sugiere que no permanezca por un tiempo superior a 30 minutos
● Si hay más de una embarcación, el periodo de tiempo no debe exceder los 15 minutos. Se recomienda un número máximo de tres embarcaciones simultáneas en actividad de avistamiento a un mismo individuo o grupo.
● El acercamiento debe realizarse de modo lento, de forma paralela y siempre por detrás.
● Es indispensable mantener una distancia de 200 metros sobre los individuos.
● Se permiten máximo cinco embarcaciones con un grupo de ballenas manteniendo siempre el motor en neutro.
● No se deben seguir a las hembras con sus ballenatos.
● Se debe operar a baja velocidad y nunca superar los 10 kn o los 18 km/h.
● Usar chaleco salvavidas mientras permanezca en la lancha
● No ingerir licor antes, durante o después del avistamiento
● No arrojar ningún elemento por fuera de la lancha
● No suministrar alimento a las ballenas
● Utilizar ropa y zapatos cómodos
● Aplicar bloqueador y repelente
● Usar gorra y llevar capa impermeable
La Unidad de Parques recomienda evitar ruídos: en el momento de avistar mamíferos acuáticos se pide mantener un tono de voz bajo, evitando generar ruidos fuertes dentro y fuera del agua como gritos, risas, silbidos, sonidos grabados o usar ecosondas entre otros. De igual forma se recomienda no arrojar elementos al agua que puedan perturbarlos ni dar golpes en la superficie del agua o de la embarcación.
En cuanto a la interacción y alimentación: en ocasiones, algunas especies de mamíferos acuáticos se aproximan lo suficiente a embarcaciones o a infraestructuras costeras, lo que permite una interacción muy cercana con las personas. En estos casos se recomienda evitar cualquier tipo de contacto con los individuos. Se recomienda no alimentar, ni provocar deliberadamente el acercamiento de los animales usando atrayentes como comida.
Se recomienda no realizar un acercamiento a individuos con crías, en apareamiento o en actividad de parto.
María Fernanda Lizcano / Mongabay
Hugo Albeiro George Pérez pasó un año con miedo. Permaneció ese tiempo —y quién sabe si un poco más— guardando para sí mismo las amenazas que llegaban en su contra. Prefería no hablar de ellas. Como si el silencio pudiera borrarlas, como si al no nombrarlas, desaparecieran. Prefería creer que nada le iba a pasar, no quería dejar a su esposa Luz Miriam Hernández y a sus 12 hijos sin padre.
Pero pasó. Le ocurrió lo mismo que a los 282 líderes sociales que han sido asesinados en Colombia desde el 2016 y hasta el 27 de febrero de este año, según cifras oficiales de la Defensoría del Pueblo. Lo mataron con arma de fuego el pasado 2 de mayo en el municipio de Valdivia, al norte del departamento de Antioquia. Le pusieron fin a la vida de uno de los defensores ambientales que encaró HidroItuango, el proyecto hidroeléctrico más grande y ambicioso en la historia de Colombia y que ya lleva ocho años en construcción. Un tiempo en el que esta megaobra ha levantado inconformidades en las comunidades de los 12 municipios en los que tiene influencia: Ituango, Briceño, Santa Fe de Antioquia, Buriticá, Peque, Liborina, Sabanalarga, Toledo, Olaya, San Andrés de Cuerquia, Yarumal y Valdivia.
Fue en este último municipio, en una zona rural conocida como Puerto Valdivia, donde mataron a Hugo Albeiro, de 47 años, cuando iba en una moto con su sobrino Domar Egidio Zapata George, de 23 años, a quien también le quitaron la vida en el ataque.
¿Por qué lo asesinaron? Nadie sabe a ciencia cierta, pero en la zona tienen miedo. Un miedo que se justifica porque solo seis días después de este homicidio, esas mismas tierras se llenaron de sangre con el asesinato de Luis Alberto Torres Montoya, otro líder social que protestaba contra el mismo megaproyecto. Fue abaleado mientras ejercía su labor de barequeo —minería manual— en el sector de El Pescado, también en Puerto Valdivia.
Mientras Hugo Albeiro George luchaba desde la Asociación de Víctimas y Afectados por Megaproyectos (ASVAM); Luis Alberto Torres, de 35 años, lo hacía desde la Asociación de Pequeños Mineros y Pesqueros de Puerto Valdivia (AMPA); las dos organizaciones pertenecientes al Movimiento Ríos Vivos de Antioquia.
Estos dos líderes eran los primeros en las movilizaciones contra las acciones de HidroItuango y protestaban, cada vez que podían, por los derechos que “se estaban vulnerando”. Denunciaban que se había afectado su actividad de barequeo y la pesca como forma de sustento, que se atentó contra el bosque seco tropical —que está rumbo a la desaparición en Colombia—, que la fauna fue desplazada, que decenas de habitantes fueron despojados de sus territorios sin tener una “compensación justa” y que debido al proyecto habían tenido impactos en su salud.
A ambos los mataron en un contexto de marchas e inconformidad. En los últimos días, comunidades de municipios de influencia de HidroItuango han tenido que salir huyendo de sus territorios por temor a una avalancha, pues desde hace un par de semanas se taponaron los túneles con los que Empresas Públicas de Medellín (EPM) —que ejecuta la obra— desviaron el Río Cauca, el segundo más importante de Colombia, para poder construir el embalse que cubrirá el 17 % de la demanda de energía eléctrica del país. Aunque uno de esos túneles fue destapado este miércoles 9 de mayo, el riesgo sigue latente, especialmente para las poblaciones que están aguas abajo.
Tanto así que, el jueves 10 de mayo, EPM adecuó la casa de máquinas de la que será la central de generación de energía para poder encauzar el río Cauca. Esto hará que HidroItuango ya no entre en ejecución el 30 de noviembre de este año, como se tenía previsto.
Sobre lo ocurrido, el vicepresidente ejecutivo de EPM, Jhon Alberto Maya Salazar, dijo a los medios de comunicación que los derrumbes que derivaron en el taponamiento de los túneles, son consecuencia de una falla geológica. “Esto es súbito. No estaba presupuestado. Si hubiéramos tenido algún indicio de que iba a suceder, hubiéramos tomado medidas”, manifestó.
Sin embargo, Isabel Zuleta, líder del Movimiento Ríos Vivos, le aseguró a Mongabay Latam que los derrumbes estaban anunciados. “La gente de la comunidad advirtió lo que podía ocurrir ante la presión del agua, pues conocen el comportamiento histórico del Cañón del Cauca (el punto exacto dónde está ubicada la hidroeléctrica). Se sabía, pero todo el tiempo hay una prepotencia de EPM, tratando de ocultar una realidad y de minimizar el conocimiento de las comunidades”, reprocha.
Actualmente, el temor a una avalancha desplazó a 45 familias de Ituango, 15 de Toledo y 25 de Sabanalarga que se encuentran en refugios temporales. Como si esto fuera poco, Isabel asegura que casi toda la vereda Nueva Llanada, en el municipio de Peque, se derrumbó y los habitantes tuvieron que ser reubicados. Mongabay Latam se comunicó con EPM para averiguar sobre este asunto en particular, pero no obtuvo respuesta.
La pelea de Hugo Albeiro George comenzó hace cuatro años con la construcción de la vía que conecta a Hidroituango con Puerto Valdivia. Según cuenta Alexander Zapata, presidente de la Asociación de Víctimas y Afectados por Megaproyectos (ASVAM), esa carretera debía pasar obligatoriamente por la finca Manzanares de la vereda Filadelfia, en la que el líder social y su familia vivieron por 50 años. Ese pedazo de tierra, del que dependen unas 50 personas, se vio perjudicado con las secuelas de la construcción de la vía: murieron reses y caballos, hubo daños en los potreros y ocurrieron algunos derrumbes.
“Afectaciones por las que Hidroituango no ha respondido a pesar de los reclamos. EPM dice que las ayudas por los daños, que debía darle a la familia de George, se las dieron a otros supuestos dueños que no conocemos y que nunca han aparecido”, explica el líder de la asociación, quien fue amigo de Hugo durante años.
Pero la familia George al parecer no es la única que ha padecido algo como esto. El pasado 20 de abril, el Parlamento Europeo envió una carta al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, haciendo un llamado por las violaciones que estarían ocurriendo en los municipios antioqueños afectados por la hidroeléctrica.“Desde el 2012, ha habido numerosos informes de presuntas violaciones de Derechos Humanos. (…) Ocurren en el contexto de las movilizaciones para protestar por los desalojos forzados, la ausencia de compensación justa, reubicación, acceso a tierras, e impactos en la salud y en el ambiente”, dice el documento.
Justamente, fue esta situación la que hizo que en Hugo Albeiro se levantara el líder ambiental y defensor de Derechos Humanos que llevaba por dentro. Fue en ese momento cuando se puso en los zapatos de los otros y empezó a pelear por los intereses de su comunidad. Así nació la Asociación de Víctimas y Afectados por Megaproyectos, una de las organizaciones que forman el Movimiento Ríos Vivos de Antioquia.
Para Hugo, era imposible quedarse inmóvil ante lo que ocurría. Su vida había cambiado, incluso sus formas de sustento se agotaban. Normalmente, cuando no estaba siendo rentable el negocio de la agricultura y la ganadería, se caminaba 30 minutos hasta la orilla del Río Cauca para buscar oro. Desde la construcción de la vía no lo pudo volver a hacer.
Alexander Zapata cuenta que “con la obra talaron árboles y dañaron los bosques. En las orillas de los ríos se veía la destrucción y ya no se podía trabajar”. Este es un punto que también resaltó el Parlamento Europeo en su comunicación: “Conocemos los testimonios de las comunidades de barequeros, pescadores y agricultores, cuyos medios de vida dependen del Río Cauca, que no han sido reparados o indemnizados por la pérdida de sus fuentes de vida. (…) Exigen el derecho al trabajo, a la vivienda digna, a la salud y a la libertad de expresión. Entre otros derechos, denuncian cómo han sido discriminados por sus exigencias al proyecto HidroItuango, amenazados, judicializados y perseguidos”.
Cuando se llene por completo el embalse, se pierde la posibilidad de que muchas personas encuentren a sus familiares desaparecidos en el conflicto armado. ¿La razón? Se presume que hay cuerpos sepultados al lado del Río Cauca: Adriana Arboleda
Resistir y sobrevivir al tiempo no fue fácil. Hugo era el proveedor económico de su esposa, sus 12 hijos y una nieta, que aún es una bebé. “Ahora esa familia quedó indefensa y a la espera de recibir ayudas. A Luz Miriam le queda muy duro, sobre todo porque 10 de sus hijos aún son menores de edad, incluso hay varios niños de brazos. Van a depender de lo que les podamos dar las buenas personas”, cuenta Jaiber Alonso Cuadros George, primo de Hugo.
Y es que no es un secreto el riesgo en el que viven los líderes sociales. Del Movimiento Ríos Vivos de Antioquia ya han sido asesinados cuatro de ellos y dos de sus familiares, en ese colectivo han sufrido 63 amenazas (tres colectivas) y 11 casos de desalojos masivos en los que se han visto afectadas 700 familias.
“En los momentos críticos del megaproyecto es donde se presentan los mayores ataques a la población. (…) Ya habíamos advertido al Gobierno que durante el llenado del embalse íbamos a estar en mayor riesgo, pero no hicieron nada. Un llenado que, por cierto, estaba previsto para julio, pero que se inició el 12 de abril de manera irregular”, explica Isabel Zuleta, líder del Movimiento.
Un ejemplo de resistencia ante ese ambiente hostil es el mismo Alexander Zapata, presidente de ASVAM, que también teme por su vida. Las amenazas le han llegado por diferentes lados: aparecen en la calle o se escuchan por su teléfono. Lo han detenido camino a su casa para decirle que se vaya de la zona y que “se quede callado”.
“También me han llamado y me dicen que deje el territorio. Pero no voy a dejar de luchar, y ya lo saben”. Aunque se siente algo de miedo en su voz, no titubea al decir que seguirá en pie de lucha. No piensa salir corriendo de la vereda en la que ha vivido toda su vida. Al igual que la mayoría de líderes sociales amenazados en el país, Alexander ha pedido auxilio a las autoridades sin encontrar respuesta. “En enero pedí seguridad a la Unidad Nacional de Protección (UNP), pero solo me llaman a preguntar si estoy bien y nada más”, dice.
Cuatro integrantes de ASVAM, la asociación que él preside, están en la misma situación. Sin embargo, prefieren no decir nada y esperar que la marea baje por su propia cuenta. Por miedo a represalias asumen la misma actitud que tomó Hugo Albeiro: el silencio.
“Hugo nunca nos había comentado de amenazas. No hablaba del tema, era muy reservado. Cuando menos pensamos llegó la noticia de que lo mataron. Iba para una cita médica y a comprar unos medicamentos, y ¡pum!, le quitaron la vida”, cuenta Jaiber Alonso Cuadros, el primo del fallecido líder, a Mongabay Latam.
Este martes 8 de mayo, cuando aún no se superaba el luto por la muerte de Hugo Albeiro, corrió la noticia del asesinato del líder social Luis Alberto Torres y su hermano Duvian Andrés Correa. Así lo confirmó el Movimiento Ríos Vivos. Este antioqueño, que vivía en la vereda La India, del corregimiento de Puerto Valdivia, se levantaba todos los días a ‘rebuscarse’ la vida para mantener a su esposa y a sus tres hijos. Se movilizaba en su bicicleta o en un ‘moto-taxi’ para llegar hasta la orilla del Río Cauca a pescar y hacer minería artesanal. Esas actividades eran su principal sustento.
“Era una persona muy alegre y trabajadora. Cuando no estaba en las labores de la pesca y la minería se hacía en un punto de la carretera al que llamamos ‘crucecita’. Allí se paraba con una paleta de ‘pare y siga’ y los conductores le daban dinero. A veces también pintaba paredes. Se dedicaba a varios oficios. (…) Todo el mundo lo conocía. Tenía unos orígenes muy humildes”, cuenta Benjamín Meza, campesino y trabajador de la Alcaldía de Valdivia.
A Luis Alberto le tocó aprender a hacer de todo.“Campesinos como él se vieron afectados por la prohibición, en algunos lugares, de pescar y hacer minería. Y esto será peor cuando llenen completamente la represa, porque desvían el río y ya no podrán hacer sus labores”, añade Adriana Arboleda, directora de la Corporación Jurídica Libertad, que acompaña a la comunidad en el proceso con Hidroituango.
Históricamente la vida no fue muy amable con la población del municipio donde nació Luis Alberto, así que le sobraban motivos para batallar con la Asociación de Pequeños Mineros y Pesqueros de Puerto Valdivia (AMPA) desde hace más de cinco años.
“En los años 90 la zona fue muy afectada por el paramilitarismo, allá se cometieron más de 100 masacres, asesinatos colectivos y desapariciones forzadas, hechos que los hicieron desplazarse. Tiempo después, cuando el conflicto disminuyó, decidieron retornar. Pero luego se encuentran con que empieza el proyecto de la hidroeléctrica, y muchos vuelven a ser expulsados del territorio”, explica Adriana Arboleda, quien agrega que otra de las razones para protestar es la búsqueda de la verdad. Cuando se llene por completo el embalse, se pierde —según dice— la posibilidad de que muchas personas encuentren a sus familiares desaparecidos en el conflicto armado. ¿La razón? Se presume que hay cuerpos sepultados al lado del Río Cauca. Hasta el momento la Fiscalía ha exhumado 159 cadáveres, pero se cree que faltan más, de los que no se sabrá nada cuando el embalse se llene y empiece a brindar energía al país.
Otra de las razones de las comunidades para oponerse a Hidroituango, son los daños que estaría ocasionando en la naturaleza. “En la zona teníamos un bosque seco tropical en muy buen estado de conservación, ahora no. Lo más triste es que está en vía de extinción”, dice Isabel Zuleta, del Movimiento Ríos Vivos. Su preocupación no es para menos. Este ecosistema originalmente cubría más de 9 millones de hectáreas en todo el país, ahora solo queda el 8 %, según datos del Instituto Humboldt.
El bosque seco tropical en Colombia tiene una biodiversidad única: casi 2600 especies de plantas (83 endémicas), 230 especies de aves (33 endémicas) y 60 especies de mamíferos (3 endémicos).
“Ahora la guacamaya verde está en un estado crítico por la destrucción de su hábitat. Para estas aves, por ejemplo, es muy importante la velocidad del río, sobre todo el viento que produce, pero ahora con el río quieto no se han vuelto a asomar. No sabemos en dónde están. También preocupan las ranas venenosas, el oso perezoso de tres dedos, el ave pico de hacha, varios tipos de serpientes, las martejas, entre otros”, añade Isabel. Y asegura que, aunque hay algunos animales que son capturados y luego liberados, no se sabe si los nuevos hábitats a los que los llevan son los adecuados.
La probable afectación de estos ecosistemas con el megaproyecto había sido advertida por el Instituto Humboldt. En un estudio sobre la biodiversidad en el área de influencia de Hidroituango, publicado el año pasado, se señala la existencia de una gran cantidad de especies de fauna en el Río Cauca que se podrían ver afectadas con la puesta en operación de la hidroeléctrica. Se identificaron, por ejemplo, ocho especies de peces que cumplen características de importancia para la región y que deberían ser protegidas.
“El valle del Río Cauca es uno de los que más impactos ha sufrido en términos de contaminación, pérdida de área de humedal, etc., razón por la cual toda nueva intervención hace parte de una sumatoria de motores de transformación que debilitan y reducen la capacidad del río y su sistema de soportar biodiversidad y, porende, la provisión de importantes servicios ambientales”, dice el documento.
Sobre esto, el vicepresidente de Empresas Públicas de Medellín (EPM), Jhon Alberto Maya, ha dicho en ruedas de prensa que están trabajando por evitar actualmente la mortandad de peces y se encuentran en la tarea de reubicar la fauna que se ve perjudicada con el megaproyecto.
No hay duda de que este tema debe ser abordado con rapidez. Alexander Zapata, de ASVAM, le cuenta a Mongabay Latam que animales como las culebras, las guacharacas (especie de ave crácida del género Ortalis), los loros y las guaguas (una especie de roedor) empezaron a migrar para las veredas más altas de los municipios y están llegando a las viviendas. “Ya se nos han presentado inconvenientes con los habitantes”, manifiesta preocupado.
Frente a esta situación, Manuel Rodríguez, exministro de Ambiente de Colombia, le dijo a Mongabay Latam que es claro que las hidroeléctricas tienen unos costos sociales y ambientales muy altos, pero que no se pueden desconocer los beneficios. “Colombia tiene una matriz de energía muy limpia, y es justamente porque tiene hidroeléctricas. No es un hecho menor. Tienen a su favor el costo de generación de energía y que no emiten gases de efecto invernadero; pero tienen en contra que hay destrucción de la biodiversidad y problemas con las comunidades, sobre todo porque son desplazadas y no las compensan adecuadamente”.
Según él, decir no a las hidroeléctricas sería un acto completamente irracional para países que tienen potencial, como Colombia. Sin embargo, puntualiza en la importancia de verificar dónde se hacen y con qué requisitos para minimizar los impactos.
Ahora solo queda esperar a que las autoridades tomen acciones que favorezcan a las comunidades que se han visto afectadas con el megaproyecto. También se está a la expectativa de un pronunciamiento de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), que envió desde el pasado 2 de mayo una comisión técnica a Hidroituango para ver cuáles han sido las fallas en el desarrollo de la que será la hidroeléctrica más importante del país. Mientras eso ocurre los líderes tienen miedo y piden que les den protección pues no pueden quedarse callados mientras presuntamente les vulneran sus derechos. El reto es muy grande, más cuando el jueves 10 de mayo se conocieron las recomendaciones que 86 países miembros de la ONU le hicieron a Colombia en tema de Derechos Humanos donde cerca de 500 organizaciones señalan que el país falla en este aspecto pues lo que ha hecho no es suficiente.
Foto principal: EPM
ALIANZA INFORMATIVA
MONGABAY – RED PRENSA VERDE
Durante el panel virtual de lanzamiento de la campaña América Latina VOTA sustentable, organizado recientemente por el Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (GFCLAC), Isabel Cavelier Adarve, abogada y directiva de la organización Transforma, presentó los resultados de un ejercicio de análisis de los programas ambientales de los aspirantes a la Presidencia de Colombia, quienes se enfrentarán en primera vuelta este 27 de mayo.
En dicho ejercicio participaron WWF, Green Peace, TNC, De Justicia, Opepa, Natura, Avast, Gaia, entre otras, quienes se centraron en cinco temas: cambio climático, ordenamiento territorial, deforestación, agua y nuevos modelos de desarrollo.
Para GFCLAC, “las elecciones presidenciales representan una oportunidad de generar cambios para los países, pero también pueden significar riesgos si los nuevos gobernantes no están interesados en temas relevantes para la mayor parte de la población”.
Además de Colombia, la campaña América Latina VOTA Sustentable busca estudiar los planteamientos ambientales de los candidatos en cinco países más de la región, proponer medidas que permitan a dichos actores integrar, los puntos más importantes para el tránsito hacia un desarrollo bajo en emisiones de gases de efecto invernadero y resiliencia climática.
Isabel Cavelier, estudió derecho en la Universidad de los Andes, tiene maestría en derecho de la Universidad de Cambridge (Inglaterra), trabajó en el área ambiental del Ministerio de Relaciones Exteriores e hizo parte del equipo negociador en la COP 21. Aquí sus planteamientos:
Partido: Centro Democrático, de derecha.
“En el semáforo de las organizaciones esta campaña está toda en rojo al nivel ambiental. Tiene propuestas ambiguas y poco elaboradas, por ejemplo, en cambio climático habla de incentivar el compromiso de la ciudadanía con el medio ambiente, invertir recursos en renovar la institucionalidad de la autoridad ambiental, pero no dice cómo.
Nos preocupa que -dice- seguirá desarrollando la minería con mayor confianza local y mejores estándares de producción, pero no es muy claro qué quiere decir.
No se ha pronunciado en descartar la opción del fracking, tampoco asegura que la impulsará activamente, hay ambigüedad e indica que en caso de ser necesario podría estar abierto al fracking.
Dice que el agua será el eje central de su política pero no tiene una propuesta. Sobre deforestación no tienen nada concreto solo que impulsará la concientización colectiva sobre la riqueza de la biodiversidad.
Es una campaña en la que no hay propuestas ni metas, ni nada similar, por eso aparece en rojo».
Candidato de una coalición de partidos, Compromiso Ciudadano, Alianza Verde, Polo Democrático, de centro-izquierda.
Dice explícitamente que quiere cumplir con el Acuerdo de París y que se compromete a 2050 de tener el 100% de capacidad instalada de energía eléctrica proveniente de fuentes renovables, gestionar las ciudades para volverlas ecoeficientes y ricas en biodiversidad.
En ordenamiento territorial, afirma que quiere fortalecer la capacidad del Sistema Nacional Ambiental (Sina), garantizar la conservación del 67 territorio con áreas protegidas, meta de 600 mil hectáreas con procesos de reforestación y restauración. La biodiversidad está en el centro de su programa. Propone deforestación cero al 2030 y la reducción de la minería ilegal. Lo que falta de este candidato son las metas para el futuro y no hay nada en específico, prioridades de como detener esa problemática de manera inmediata.
Afirma también que reducirá la ilegalidad en producción del oro al 2022 y creará un millón de empleos basados en modelo de crecimiento verde.
Candidato independiente, del Cambio Radical, de derecha.
«Dice que cumplirá con los Acuerdos de París, pero quiere maximizar la renta petrolera, es una contradicción difícil de resolver.
Reglamentará el suelo para hacer una dinamización del sector minero. Nos resultó preocupante que quiere reglamentar la participación ciudadana en procesos de consulta para que el sistema de regalías aparte a quienes se oponen a proyectos minero-energéticos.
También señala que quiere recuperar un millón de hectáreas deforestadas y que desea crear un bloque militar para combatir la minería ilegal, y aunque ya hay uno, no explica la novedad de la propuesta.
Manifiesta que renovará a fondo las CAR pero no dice cómo. Propone crear una Agencia Nacional del Agua. Aumentará las actividades de extracción de hidrocarburos incluyendo el fracking e incentivar el desarrollo de proyectos minero-energéticos».
Es el candidato del partido Liberal.
«Propone la diversificación de la matriz energética con energías renovables. Es específico en la idea de desarrollar infraestructura e institucionalidad para soportar la electrificación del transporte en el país.
No menciona nada sobre el fracking, ni que se opone ni que está de acuerdo.
Asegura que será cuidadoso del licenciamiento, fortalecerá la participación ciudadana y otorgará mayor porcentaje de los recursos del Sistema Nacional de Regalías a los municipios que sean productores y a la vez aportan a la conservación. Promete fortalecer los entes como las Cars, y tiene un objetivo de deforestación cero en 2030, también.
Promueve zonas de desarrollo económico que puedan mejorar la calidad de los suelos para permitir exportaciones y crecimiento del agro. No dice de dónde saldrá el dinero para esto.
En agua afirma que quiere lograr la recuperación de los ríos contaminados y priorizará la industria con actividades amigables y sostenibles, promoverá el biocomercio y ecoturismo en especial en el Pacífico, basado en la biodiversidad. El punto que falta es su acción en temas de minería».
Es el candidato de Colombia Humana, de izquierda.
«El cambio climático será atendido como un impulso a la transición a energías limpias y viviendas adaptadas. Promete que va a rehabilitar la navegabilidad de ríos y revivir los trenes de carga y pasajeros, pero sin meta específica o plan de cómo se hará esto.
El tema del uso inadecuado de los suelos no está precisa. Advierte que hará un ordenamiento del territorio alrededor del agua y el respeto por decisiones tomadas en consultas previas populares, que coinciden con Fajardo y De la Calle. No dice nada como serían esos planes.
Habla de lucha contra la deforestación pero no menciona una meta especifica de cómo hacerlo. Dice que el tener agua es un derecho fundamental, pero no hay meta precisa. Ha sido claro en que no permitirá el fracking, ni la minería a cielo abierto. Y quiere democratizar la producción y distribución de energía a través de los paneles solares.
Se aleja de la industria extractivista más que otros candidatos, pero no deja claro qué tipo de industria impulsaría para lograr esa diversificación que lleve a la sostenibilidad».
En conclusión, Isabel Cavelier explicó en el Foro que «el saldo se ve bastante rojo por la falta de concreción generalizada en los candidatos. Algunos de mucho más rojo porque además de no ser concretos son contradictorios y otros, a pesar de no ser contradictorios no son muy concretos«.
Para la directiva, en la actual campaña el tema ambiental ha estado más presente en la agenda que en años anteriores y por lo menos en los debates siempre surge alguna pregunta sobre fracking o participación.
“Apenas estamos empezando a abrir la agenda electoral a estos temas, hay que hacer el esfuerzo de hace sostenible este tema en el tiempo, no solo por las elecciones”.
Durante el foro virtual también intervino Andrés Ubrego, representante de Climalab en Colombia, quien expresó que su organización ha realizado mesas de trabajo con expertos como, Ricardo Lozano, el ex director del Ideam; Rodrigo Suárez, ex funcionario del Ministerio de Ambiente en Cambio Climático y Manuel Guzmán, director de KLN; en la que también analizaron el discurso de las campañas y concluyeron que los candidatos:
– Hablan de cambio climático desde una perspectiva nacional y no territorial.
– No existe un eje conductor en las propuestas respecto a las afectaciones del cambio climático y el desarrollo del país.
– Las propuestas no vinculan la variable climática como criterio de decisión.
– No se habla de migraciones climáticas internas.
– La equidad de género n no se vincula con el cambio climático
– Poco se habla de adaptación en los territorios
– Como se ha avanzado en la inserción del tema climático en la agenda política en el último periodo.
La campaña América Latina VOTA sostenible aporta propuestas de política pública para los aspirantes políticos de Colombia y de otros países que este año tendrán procesos electorales como Ecuador, Venezuela, Brasil, Paraguay y México.
Es apoyada por: Click, Avina, Asociación Ambiente y Sociedad, Transforma, Fondo Acción, Centro de Investigación sobre Ambiente y Territorio, Clima Lab y Costa Rica Integra, entre otras. El siguiente es un decálogo general para las campañas políticas en América Latina y el Caribe.
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