La carrera por proteger a los pueblos indígenas en aislamiento
En Colombia ya hay certeza de dos pueblos indígenas en aislamiento y se tienen indicios de entre 14 y 17 más. El nuevo decreto busca protegerlos y evitar su contacto. No se quiere repetir la tragedia que sucedió con los Nukak y los Jiw.
José Antonio Paz cardona / Mongabay Latam
Poco antes que terminara el gobierno del presidente Juan Manuel Santos se dio una noticia muy importante para los pueblos indígenas colombianos pero que no tuvo un despliegue informativo tan amplio. Se aprobó el decreto 1232 del Ministerio del Interior en el que se establecen medidas especiales de prevención y protección de los derechos de los Pueblos Indígenas en Aislamiento (PIA) o Estado Natural y se crea y organiza el Sistema Nacional de Prevención y Protección para estas poblaciones.
El asunto es muy importante para el país pues, después de los Nukak y los Jiw en el Guaviare, se creía que en el país no había más pueblos indígenas en aislamiento o no contactados. Sin embargo, fue en 2011 cuando se empezaron a encontrar evidencias científicas de la existencia de dos de estas poblaciones. Allí empezó la tarea del gobierno nacional, en cabeza del Ministerio del Interior; Parques Nacionales; organizaciones privadas y sin ánimo de lucro; y de las organizaciones indígenas colombianas por proteger a estas comunidades.
“Hasta el momento se sabe que existen 14 pueblos no contactados en la Amazonía colombiana, la mayoría de ellos en el área del Parque Nacional Natural Chiribiquete. De dos de ellos se tienen algunas pruebas físicas de su existencia. Del resto, lo que se sabe es por conocimiento ancestral, más no por un conocimiento científico”, le dijo Ernesto ‘Che’ Mercado Jones, jefe de prensa de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas (CDDHHPI) a Mongabay Latam. Lo interesante es que además del saber ancestral existirían unas fotos donde se pueden apreciar malokas ─sitios de reunión de los pueblos indígenas amazónicos en Colombia─ en el Parque Chiribiquete y donde se cuentan más o menos el mismo número de estos sitios que de pueblos para los cuales se tienen indicios.
Daniel Aristizábal, coordinador de Proceso de Pueblos Indígenas en Aislamiento y Bajo Amazonas de Amazon Conservation Team, se acerca a la cifra planteada por Ernesto Mercado. Según él, hay indicios de 15 o 17 comunidades más. En cuanto a la ejecución del decreto, indica que este se aplica a partir de su firma. “Hay unas cosas que ya se pueden empezar a implementar y otras que deben surtir los trámites burocráticos y administrativos. Pero el cambio de gobierno ha hecho que se ponga en pausa su implementación contundente y estamos a la espera de ver con qué tanto esfuerzo va a trabajar el nuevo Ministerio del Interior”, dice.
Si bien la firma es un paso importante e indispensable, el reto ahora es que este tema se incluya en las discusiones que se avecinan para el Plan Nacional de Desarrollo, pues es en este documento donde quedan definidos los recursos para la implementación del decreto.
Otra aspecto interesante de este documento para la protección de pueblos indígenas en aislamiento o en estado natural ─como suelen llamarlos muchas comunidades ancestrales de Colombia─ es que es el único en la región que fue consultado con los indígenas. Todos los demás países: Brasil, Perú, Ecuador y Bolivia, que tienen políticas parecidas, “lo han hecho desde el escritorio o con técnicos, pero no con consulta previa”, asegura Aristizábal.
Contrario a las diferencias que suele haber entre gobierno y pueblos indígenas, en la creación de este decreto todo fluyó positivamente. “Todas las organizaciones indígenas reconocen que el comportamiento gubernamental en el proceso de respeto de este espacio cultural fue de primera. Aquí no hubo discusiones ni problemas. La gente tuvo toda la libertad en tiempo y espacio para poder protocolizar finalmente el documento”, afirma Mercado.
Lo anterior no es de poca monta, pues las consultas previas con los pueblos indígenas tomaron dos años. El motivo es que las comunidades amazónicas son muy ricas espiritualmente y a través de la actividad de la maloka los líderes de cada pueblo, desde su cultura, deben hacer una serie de consultas para que se les indique cuáles son los pasos a seguir. Por eso, Mercado no duda en afirmar que el proceso “resultó largo, pero también muy exitoso”.
¿Por qué es importante protegerlos?
Las comunidades indígenas amazónicas tienen temor de que estos pueblos corran con la misma suerte de los Nukak y los Jiw. Los líderes están convencidos que estos son dos claros ejemplos de pueblos en estado natural que cuando fueron contactados pasaron a un inminente peligro de desaparecer.
En ese momento, el culpable de que esto ocurriera fue el cruento conflicto armado colombiano que los desplazó de las selvas donde vivían. En el caso de los Nukak, el pueblo se ha reducido drásticamente porque ya no pueden cazar y no pueden hacer sus actividades culturales como antes. Las autoridades indígenas aseguran que se encuentran encerrados y esto afecta cultural, social y políticamente a la población.
Según Ernesto Mercado, los Jiw se encuentran confinados por la Armada de Colombia porque su territorio colinda con el río Guaviare y esta fuerza armada lo cercó para impedir que la guerrilla ataque la zona donde se encuentran. “Sin embargo, cuando vas al lugar puedes ver, en territorio Jiw, grandes fincas con ganadería extensiva que pertenecen a gente de las Fuerzas Militares”, cuenta.
Los indígenas Jiw aseguran que se les impide pescar, recolectar semillas en su propio territorio y que, además, no pueden tener animales. “Viven en la absoluta miseria, igual que los Nukak”, afirma Mercado.
El decreto para proteger a los pueblos indígenas en aislamiento es importante para evitar que cosas como estas ocurran con estos nuevos pueblos. La mayoría de los no contactados se encuentran en los departamentos de Amazonas y Caquetá, pero hay indicios en Vichada, Guainía y Vaupés. “Casi todos los pueblos en aislamiento en Colombia tienen vecinos indígenas y su visión es muy diversa. La mayoría coincide en que son sus hermanos en aislamiento y deben protegerlos y respetarlos. Algunos los reconocen como parientes y aliados, otros como enemigos históricos, clanes de su misma familia, etc”, cuenta Daniel Aristizábal de Amazon Conservation Team. Sin embargo, lo que fue común en todas las consultas previas que se hicieron era la firme voluntad de protegerlos que tenían todos los indígenas.
De hecho, Aristizábal destaca la gestión realizada por el resguardo indígena Curare Los Ingleses. Ellos fueron de los primeros en asegurar que tuvieron contacto con uno de los PIA. Y aunque hace ya varios años que no han tenido un encuentro, han hecho una importante gestión. Los Curare zonificaron su territorio y asignaron 70 000 hectáreas para uso exclusivo de los pueblos en aislamiento bajo una categoría que llaman intangibilidad.
Desde diferentes autoridades indígenas como la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas Amazónicos de Colombia (OPIAC) y la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) saben, por ejemplo, que uno de los mayores peligros que existe en la Amazonía es la minería y por eso una de las intenciones es blindar los territorios frente a la entrada de empresas transnacionales, pero también bloquear la entrada de exploradores, extranjeros y cualquier otra persona que pretenda contactarlos contra su voluntad.
Las claves del decreto
- Desde el 2011 se conformó un comité interinstitucional para sentar las bases de una política pública. En 2013 y 2014 se realizaron visitas a las comunidades colindantes para establecer los pilares de la visión indígena en la política. Se hicieron 10 reuniones de consulta previa en las comunidades colindantes a la ubicación de los PIA.
- En 2017 se concertó una versión unificada del decreto entre el Ministerio del Interior y la OPIAC.
- La política de PIA en Colombia ha sido el primer caso en la región amazónica en el que una política nacional para protección a pueblos en aislamiento se formula y consulta con los pueblos colindantes y las organizaciones indígenas regionales y nacionales.
- Se trata de una política que va más allá de la participación indígena en la formulación de un instrumento normativo pues se busca una coordinación con estas autoridades, incorporando sus visiones tradicionales en los sistemas de protección.
- Dada la extrema vulnerabilidad inmunológica ante el contacto y su necesidad de contar con territorios extensos y saludables para su pervivencia, consolidar la política y salvaguardar esos espacios constituye un mecanismo idóneo para la protección de los PIA.
Ernesto ‘Che’ Mercado, jefe de prensa de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas, resume esta política nacional de forma contundente: “Es la primera vez en la historia que un gobierno nacional reconoce que hay pueblos no contactados y que es un deber de protegerlos. Además, los pueblos indígenas en aislamiento se convierten automáticamente en guardianes del territorio y eso es algo invaluable”.
ALIANZA INFORMATIVA
MONGABAY LATAM – RED PRENSAVERDE