Tres décadas de la primera liberación de cóndores
La Fundación Neotropical relatará el proceso por el cual las emblemáticas aves volvieron a sobrevolar el cielo colombiano.
El siete de junio de 1989 fueron liberados en el Parque Nacional Natural Chingaza cinco machos juveniles de cóndor andino, nacidos en cautiverio en el Zoológico de San Diego (California).
Los ejemplares se convirtieron en los primeros en ser reintroducidos en Colombia y fueron el inicio de un largo proceso de conservación, que por estos días cumple 30 años, y que es considerado por los estudiosos del tema como uno de los más prolongados y persistentes en favor del ave emblemática nacional.
La Fundación Neotropical, dedicada a la investigación sobre cóndor, reconstruyó el paso a paso de la repoblación de esta especie y este 6 y 7 de junio revelará el paso a paso de la llegada al país, de los primeros cinco cóndores y cómo debieron garantizar su protección.
Miguel Barrera Rodríguez, biólogo pionero de reintroducción de cóndor y miembro de la Fundación Neotropical, dijo a este medio que para garantizar la protección de las aves, la Sociedad Zoológica de San Diego en California firmó en 1989, un acuerdo con la División de Fauna Terrestre del entonces Instituto de Recursos Naturales (Inderena). El fin era desarrollar el proceso de Repoblación y conservación del cóndor andino en el país, mediante la liberación y seguimiento de ejemplares por radio telemetría.
Esto implicó el establecimiento de los primeros núcleos de repoblación en los páramos de Chingaza, Puracé y Chiles, entre 1989 y 1995, el Parque Nacional Natural Los Nevados entre 1996 y 1999, y dos intentos infructuosos en los páramos de Belmira (Antioquia) y San Cayetano (Boyacá) por los años de 2000 a 2002.
“Durante el período 1989 – 2013 fueron liberados 69 ejemplares de cóndor andino (33 hembras y 36 machos), lo cual permitió contribuir en la recuperación de la especie, mejorar el conocimiento de su bio-ecología y vincular en su protección a las comunidades indígenas y campesinas que comparten su territorio”, explicó Barrera a Red Prensa Verde.
Los últimos esfuerzos de repoblación ocurrieron en el páramo de Siscunsí y la Sierra Nevada del Cocuy, Chita o Güicán en Boyacá entre 2004 y 2013.
Tres décadas de trabajo
En el proceso de reintroducción han participado entidades extranjeras, nacionales, regionales y locales como The Zoological Society of San Diego, el U.S. Fish and Wildlife Service, el INDERENA, la Fundación RenaSer, CAR-Cundinamarca, Corpocesar, CRC-Cauca, Corpocaldas, Corantioquia, Corpochivor, Corpoguavio, Corponor, CAS-Santander, Corpoguajira, Corpoboyacá, Gobernación de Boyacá, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Fundación Bioandina, Fundetrópico, Fundación Neotropical y el Parque Jaime Duque, entre otras.
Para el investigador Barrera, “la Fundación Neotropical ha sido fundamental en el desarrollo del programa desde 2007 cuando asumió el liderazgo del proceso de repoblación y seguimiento de la especie en Boyacá, la conformación de una red de guardacóndores comunitarios y el ensayo de técnicas de telemetría satelital para seguimiento de los ejemplares”.
También ha continuado el trabajo en el páramo del Almorzadero (Santander), donde investiga el estado actual de las poblaciones naturales de la especie, la educación ambiental y el trabajo con las comunidades locales sobre el conocimiento y manejo de la especie:
“Como parte de este proceso, recientemente logramos la recuperación de ‘Ilika’ y ‘Dasan’, dos cóndores silvestres que habían sido víctimas de intoxicación en dicho territorio, para su posterior marcaje, liberación y seguimiento por telemetría satelital. Los registros obtenidos hasta ahora muestran la gran capacidad de desplazamiento de los cóndores y a la vez aportan información relevante para el mejor conocimiento de la especie en su hábitat natural, lo cual permitirá en el futuro diseñar y aplicar estrategias de manejo y conservación, más adecuadas y eficientes”.
Reproducción en cautiverio: mito y realidad
A partir de un largo estudio y documentos esta organización reconstruyó la historia de la reproducción del cóndor andino en los zoológicos del mundo. Este tema, documenta la organización, se constituyó en un verdadero mito: El primer registro de un cóndor nacido en cautiverio data de 1846 en el zoológico de Londres, como resultado de la eclosión de un huevo fértil incubado por una gallina, pero este polluelo solamente sobrevivió hasta su tercera semana de edad.
En 1925, con algunas dificultades, el zoológico de Berlín logró criar un polluelo hembra, nacido en cautiverio el cual logró sobrevivir en confinamiento; pero la reproducción de la especie no tuvo éxito a lo largo de varias décadas y por mucho tiempo se dudó de la posibilidad para su manejo experimental en cautiverio.
No obstante, en el Zoológico de San Diego se contó con una pareja bastante prolífica que en 1942 – 1952 produjo nueve polluelos en un período de diez años (US Fish and Wildlife Service, 1988).
En 1971, el Patuxent Wildlife Research Center inició un estudio sobre la biología reproductiva del cóndor andino en cautiverio, como base para la recuperación del cóndor californiano, especie en estado crítico de extinción, obteniendo un éxito inesperado en la reproducción del cóndor andino en condiciones de confinamiento.
A partir de la década de 1980 se hizo frecuente la obtención de polluelos de cóndor andino a partir de parejas fértiles mantenidas en los zoológicos de Buffalo, Chicago, Cincinnati, Colorado Springs, Dallas, Los Ángeles, Oklahoma, San Antonio, San Diego y South Bend. El éxito logrado en la reproducción en cautiverio, prácticamente abrió las puertas para promover y desarrollar futuros proyectos de repoblación de las dos especies para buscar su recuperación dentro de su distribución ancestral (US Fish and Wildlife Service, 1988).
Los ejemplares nacidos en cautiverio, destinados a liberación en el medio natural son mantenidos en condiciones de aislamiento y en grupos reducidos para que desarrollen procesos normales de socialización y reconocimiento intraespecífico, además de estimular el comportamiento social y el desarrollo de habilidades como la competencia y la jerarquía, según consulta a Alan Lieberman en 2005.
Nacidos en Colombia
Según la Fundación Neotropical, la totalidad de los 69 cóndores liberados en Colombia han nacido en cautiverio en diferentes zoológicos de Estados Unidos o en el Zoológico de Cali en Colombia. Este último se vinculó al programa de liberación de cóndores en el país desde sus comienzos, con la adquisición de una pareja reproductiva en 1990, procedente del Zoológico de San Diego.
En 1995, nació el primer polluelo de cóndor andino en el Zoológico de Cali y el primero en cautiverio para Colombia: una hembra de nombre Calima. El huevo fue incubado parcialmente en una incubadora artificial y posteriormente el neonato fue criado por una pareja de gallinazos rey (Sarcoramphus papa), explicó Germán Corredor, hacia 2006.
Entre 1995 y 2005 nacieron siete ejemplares en el zoológico de Cali, de los cuales cinco sobrevivieron tres hembras y dos machos. A su vez, tres de los cinco sobrevivientes fueron liberados en el medio natural: Calima (hembra) y Andino (macho), en el Parque Natural Nacional de los Nevados en 1997 y 1999 respectivamente; y Yacaira (hembra), en el páramo de Siscunsí en Boyacá en 2004.
En 2015 la Asociación Colombiana de Parques Zoológicos, Acuarios y Afines (Acopazoa), el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en Colombia y la Unión Ornitológica de Chile lograron la importación de tres parejas fértiles de cóndor andino provenientes de éste último país, con el fin de implementar el Programa Nacional de Cría del Cóndor, en el Parque Jaime Duque, el Zoológico Santafé en Medellín y el Aviario Nacional de Colombia en Cartagena. Estos esfuerzos dieron resultado hace apenas unos días, cuando el pasado 30 de abril nació el primer polluelo en el Aviario Nacional de Colombia ubicado en la isla Barú.
Miguel Barrera advierte que “tan feliz circunstancia augura grandes posibilidades para la reproducción de la especie en cautiverio a fin de continuar con el proceso de repoblación y seguimiento de las poblaciones naturales en Colombia, para así seguir avanzando en la recuperación y conservación de nuestra ave nacional”.
Contarán la historia: 30 años de liberaciones
Este 7 de junio se celebran los 30 años de esa primera liberación que hoy permite al país tener una población recuperada de la especie.
Para hacer una evaluación de lo que ha sido este esfuerzo científico y técnico, cuatro de los biólogos pioneros en este proceso, miembros de la Fundación Neotropical, darán a conocer la historia del repoblamiento de los cóndores en Colombia.
Alejandra Parrado, Fausto Saénz, Francisco Ciri y Miguel Barrera Rodríguez, involucrados desde 1989 en distintos procesos de repoblamiento del cóndor de los Andes, participarán en dos conferencias este 6 de junio, en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC) de Tunja (Boyacá) y el 7, en el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional:
El Cóndor de los andes, treinta años de un esfuerzo de conservación (Miguel Barrera); Siguiendo el vuelo del cóndor: aplicaciones de telemetría satelital en el monitoreo y conservación de la especie (Fausto Sáenz y Alejandra Parrado); Conservación y uso sostenible del cóndor andino en el páramo el Almorzadero (Francisco Ciro- Alejandra Parrado).
“Son tres décadas de encomiables esfuerzos de muchas instituciones, comunidades y personas comprometidas en esta ardua labor, ameritan el reconocimiento a quienes han contribuido en la conservación de esta especie en vía de extinción y la mejor forma de hacerlo es divulgando aspectos técnicos, metodológicos, sociales e históricos de este largo y sinuoso proceso”, dijo Miguel Barrera a la Red Prensa Verde.
Fotografía portada: ©Mauricio Ramírez Mesa / Fundetrópico. Cóndor sobrevolando el páramo de Siscunsí, Sogamoso, Boyacá.
Conoce más sobre esta especie en El cóndor andino retorna a sus territorios ancestrales