Cuchilla Negra y Guanaque
Fotografía: ©Corpochivor
Cuchilla Negra y Guanaque
Fotografía: ©Corpochivor
La población actual de hipopótamos (Hippopotamus amphibius) en el Magdalena Medio colombiano, oscila entre los 65 y 80 individuos, sin embargo, en la siguiente década el número podría aumentar a 150 animales.
La proyección realizada por investigadores de la Universidad Javeriana, Cornare y el Instituto Humboldt, indica que el área de distribución actual de los hipopótamos es de 1.915 kilómetros cuadrados, pero la especie podría extenderse hasta los 13.587 km2.
Ese alto potencial de invasión está dado, entre otros factores, por la similitud de los valles y planos inundables estacionales de los grandes afluentes africanos —de donde son nativos— al hábitat que ofrece la cuenca media del río Magdalena, que habitan actualmente.
Dicha dispersión de hipopótamos en Colombia representa impactos para las comunidades locales, ecosistemas y especies nativas. Las áreas con mayor probabilidad de presencia y dispersión son: sistemas productivos ganaderos, ecosistemas de humedales temporales y áreas cercanas a asentamientos humanos.
La información corresponde al análisis publicado en el Reporte de Estado y Tendencias de la Biodiversidad Continental de Colombia (Bio 2018).
Los investigadores detectaron alta probabilidad de invasión para los municipios de Puerto Salgar (Cundinamarca), Buenavista y La Dorada (Caldas), y Puerto Triunfo (Antioquia), que actualmente no reportan presencia del mamífero.
Lo mismo ocurriría en Puerto Boyacá, Puerto Niño y Dos y Medio (Boyacá); Puerto Perales Nuevo, Puerto Perales, Puerto Nare, el corregimiento de la Sierra en Puerto Berrío, San Miguel del Tigre y Casabel en Yondó (Antioquia); Puerto Olaya, Carare, San Rafael de Chucurí, Vijagual, Badillo, Carpintero, Barrancabermeja y Puerto Wilches (Santander); Cantagallo, Veracruz, Bodega Central, Las Pallas, El Dique, San Pablo y Santo Domingo (Bolívar); y Loma de Corredor, Puerto Mosquito, El Contento, Gamarra, Puerto Viejo y Palenquito (Cesar), municipios sin presencia de hipopótamos pero con alto potencial de invasión.
Las entidades mencionadas realizan acciones de manejo de estos especímenes como confinamiento, encierro, ceba y captura de los individuos, movilización a zoológicos y un plan de esterilización que cuesta alrededor de $10.500.000 por individuo.
“En la región donde se han establecido los hipopótamos, se presenta una mayor cercanía y percepción diferencial con la especie, factor probablemente asociado al interés turístico y económico que representa para las comunidades de la zona. No obstante, dicha situación dificulta aún más su manejo”, explican los investigadores.
En contraposición, aclaran, la comunidad de pescadores en otros municipios manifiesta una percepción negativa más acentuada y un temor ante eventuales encuentros con los hipopótamos, debido a posibles agresiones de las que puedan ser objeto en zonas de ríos y caños.
Se calculan entre 65 y 80 animales en estado silvestre habitando áreas de humedales y cuerpos de agua asociados al río Magdalena, en algunas áreas de los departamentos de Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cundinamarca y Santander.
El estudio sugiere tener como herramienta clave los mapas identificando sitios donde podría establecerse la especie en un lapso de diez años. “Estos resultan útiles en el diseño de estrategias orientadas al monitoreo continuo de las áreas de distribución actual y potencial de los hipopótamos, y podrían, además, determinar el impacto de la especie en los ecosistemas y al interactuar con las comunidades, y en la formulación e implementación de un plan de manejo”.
Es urgente la consolidación de un plan de manejo y su articulación con el Comité Técnico Nacional de Especies Introducidas y/o Trasplantadas Invasoras, los institutos de investigación y el Ministerio de Ambiente.
En cualquier caso, las acciones sugeridas por este equipo de expertos requieren fortalecerse con recursos técnicos y financieros, con los que no se cuenta en la actualidad.
El grupo de expertos también sugiere continuar las labores de prevención de contacto con los hipopótamos, la creación de herramientas de detección y alerta temprana que integren análisis de relación con algunas especies nativas y el monitoreo participativo -con comunidades aledañas a las zonas ribereñas de influencia– de las poblaciones de estos mamíferos.