Cinco mujeres indígenas se capacitaron para llevar luz a sus comunidades
Durante seis meses de instrucción en India, las líderes aprendieron electrónica rural, construcción de lámparas, linternas e instalación de páneles solares.
Antes de que la pandemia por el nuevo coronavirus Covid-19 impactara al mundo, cinco mujeres indígenas —de diferentes regiones de Colombia— vivieron una experiencia de capacitación sobre energía solar, en India.
Edimilsa, Daolina, Bersabeth, Lucrecia y Katia, pertenecientes a las comunidades de La Libertad ,de la Organización Zona Central Indígena de Mitú (OZCIMI) y a los territorios Yaigojé Apaporis y Mirití Pirá Paraná, fueron elegidas por los capitanes y coordinadoras de las áreas de Mujer de sus asociaciones, para representarlos en el extranjero.
Todas ellas -mayores de 35 años- madres, conocedoras de la cultura y de las tradiciones; dejaron a sus hijos, familias y territorios para salir de Bogotá rumbo a India el 17 de septiembre de 2019.
Una vez arribaron a Nueva Dehli, tomaron un transporte por nueve horas hasta Tilonia, una aldea en el distrito de Ajmer, Rajasthan, y se instalaron en la sede del Barefoot College. Esta es una organización no gubernamental que lleva 40 años capacitando a mujeres de todo el mundo como ingenieras solares, innovadoras y educadoras, con el fin de que apliquen sus aprendizajes en las comunidades.
Allí se unieron a 55 mujeres indígenas más de México, Camerún, Botswana, Malí, Egipto, Siria, Paraguay, Malasia, Tailandia e Indonesia, y todas juntas se convirtieron en alumnas del programa Solar Mamas.
Es un entrenamiento internacional apoyado por la Cooperación Técnica y Económica de la India (ITEC) y el Ministerio de Relaciones exteriores de ese país.
Hasta el momento unas 2.200 mujeres con baja escolaridad de muchos países, han aprendido a diseñar, instalar y mantener sistemas solares que proporcionan luz y electricidad en sus aldeas.
Aprender de memoria
Las clases eran en inglés hindi, no se hablaba nada en español. Los profesores explicaban con señas y movimientos… aprendimos por sus expresiones y viendo cada proceso con mucha atención. Todo se complementaba con los libros, imágenes, modelos, colores y números.
Ese fue el sistema de estudio cuenta Edimilsa Lima, una joven madre de dos hijos que vive en Mitú, Vaupés:
Como no entendíamos el idioma, con todas esas ayudas, memorizábamos las clases. Fue muy duro para nosotras, un cambio total de vida, pero al final lo logramos porque allá se aprende haciendo, así como siempre lo hemos hecho los indígenas y como hemos recibido la instrucción de nuestros padres desde niños.
Mujeres de sol
Sin embargo, no fue fácil. Edimilsa cuenta que solo después de un mes de adaptación ya no le fue tan complicada la estadía. Poco a poco se acostumbró a la jornada de estudio de lunes a sábado en horario de 8 a 5, con una hora de almuerzo. Lograron que les bajaran el nivel de picante en la comida, se acostumbró a las preparaciones con muchas especias, a no comer carne, a no tomar jugo, a que la comida principal y más abundante fuera en la noche. También a hablar poco con sus familias o en el caso de algunas de sus compañeras, a una mínima comunicación debido a las grandes distancias de sus comunidades a los centros urbanos.
Además, dos de ellas tuvieron que superar algo más fuerte a pocos días de su llegada: un dengue que las dejó incapacitadas por un buen tiempo.
Pero su fuerza y apoyo mutuo hizo que una vez terminaran esa primera parte del proceso, lograran salir adelante, comenzaran a dominar el nuevo lenguaje referente a partes eléctricas y mecánicas de muchos aparatos, como lo explica Edimilsa:
Fuimos mentalmente preparadas hasta el otro lado del mundo. Dejamos a los hijos, al esposo, a la familia y a la comunidad por medio año, un sacrificio grande para poder estudiar y sobresalir como mujeres.
Al final del curso todas pasaron las evaluaciones de materias —que nunca imaginaron estudiar— y que les permitieron graduarse como ingenieras solares o Solar mamas:
. Básicos de la Ingeniería Solar
. Herramientas y componentes de la energía solar
. Lámpara LED
. Controladores de carga
. Sistema de iluminación casera LAXMI
. Taller de electrónica rural
. Linterna solar Diva
Hoy ya sé armar controladores de carga con todos sus componentes. De memoria puedo trabajar las resistencias, elaborar lámparas LED, fabricar linternas grandes y pequeñas. Ya puedo decir los nombres de cada uno de los componentes, las herramientas de trabajo, la instalación de páneles solares y testear o hacer las respectivas pruebas para saber que funcionan bien.
Juliana Sánchez Castellanos, asesora de Género de la Fundación Gaia Amazonas, organización que cooperó con la logística del proyecto en Colombia, dice que en efecto, debido a la barrera lingüística, Barefoot capacita a mujeres analfabetas y semianalfabetas a través de una metodología y didáctica basada en números y colores. La mayor parte del conocimiento que las líderes adquirieron fue a través de talleres prácticos:
Dicho por ellas mismas, lo aprendido les permitirá a sus gobiernos propios brindar soluciones de energía solar y sostenible para comunidades densamente pobladas, así como alternativas sostenibles a las pilas comunes para las linternas usadas en sus regiones. Quisieran incentivar el montaje de cocinas solares, agua potable, manejo de residuos y reciclaje y formar nuevos liderazgos.
Esta capacitación es una nueva forma de contribuir a las comunidades, a la construcción de gobierno propio y a la protección del territorio, explica la asesora de Gaia Amazonas.
Quieren llevar la luz a sus comunidades
Ya en sus territorios, las cinco mujeres —dice Edilminsa— quieren compartir los conocimientos adquiridos, elaborar productos y entrenar a aquellas que necesiten energía en sus resguardos.
Al ser ingenieras solares, lo primero que haría si tuviera ya los insumos es lo más urgente para nuestra gente: un proyecto para instalar páneles solares por 24 horas en todas las comunidades indígenas del país que lo requieran. Si uno los mantiene bien, pueden durar hasta 25 años y la batería de agua cinco años. Si se le hace un buen mantenimiento esta dura aún más tiempo.
Explica la joven que hay diferentes sistemas para instalar, desde los que solo permiten dar luz, hasta enchufar un aparato, como un radio, una licuadora, una nevera o incluso un televisor, todo depende de los vatios y amperios que se quiera instalar, explica Edimilsa.
Necesitamos poner en práctica los conocimientos, pero no tenemos los insumos. Pedimos a entidades gubernamentales y del sector de la energía sostenible, que nos ayuden a buscar recursos para poder fabricar productos y venderlos en Mitú. También, instalar páneles en los territorios mediante en la gestión de un proyecto, eso es poder desarrollar, hacer el montaje y mantenimiento. Por supuesto, necesitamos compartir el aprendizaje con más mujeres porque donde yo habito hay luz en el pueblo, pero en Miripí, Yaigogé Apaporis no tienen nada…
Por eso le solicitaron a la Fundación Gaia Amazonas ser la entidad que lidere ese proyecto, para sacar adelante sus ideas y compromisos comunitarios.
Después de un largo viaje Edimilsa resume su experiencia de viajar fuera de Colombia y aprender: Ser una ‘Solar Mama significa para mi una oportunidad importante para abrir los ojos al mundo, esta solo se complementará al aplicar el conocimiento de lo aprendido, hacerlo sería el logro de mi vida.
¿Quieres conocer más sobre el Solar mamas?
Mira este documental sobre las Mamas solares de Jordania: