La empresa BIOinFOOD, una startup apoyada por el Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) de la FAPESP que se engendró dentro de la Universidad de Campinas (Unicamp), en São Paulo, Brasil, está desarrollando un test de diagnóstico rápido del COVID-19 basado en una solicitud de patente efectuada por alumnos del Laboratorio de Genómica y Bioenergía de dicha universidad.
Este test comprende el montaje de un biosensor en la levadura Saccharomyces cerevisiae. La modificación genética introducida en la nueva cepa hará que la glucoproteína viral spike, presente en la superficie externa del virus, se una al receptor humano ACE2 expresado en la membrana de la levadura.
“Cuando se concreta la unión –una señal de que el virus se encuentra presente–, la levadura, que normalmente posee una coloración beige, emite un color verde fluorescente que puede captarse fácilmente con aparatos detectores de fluorescencia, comúnmente existentes en los laboratorios de análisis clínicos”, afirma Gleidson Silva Teixeira, uno de los socios de BIOinFOOD.
El investigador fue alumno del profesor Gonçalo Amarante Guimarães Pereira, quien coordina uno de los laboratorios del Instituto de Biología de la Unicamp, donde surgió la idea. De acuerdo con las expectativas del grupo de investigadores, este nuevo test, aparte de ser rápido, será más barato que el RT-PCR tradicional, pues el precio fundamentalmente del insumo –la levadura– es menor. Otra diferencia importante radica en que esta prueba probablemente podrá realizarse extrayendo muestras de saliva.
El hecho de no ser invasivo constituye una ventaja más de este tipo de prueba de diagnóstico. Mucha gente informa la molestia que causa la extracción de una muestra de la parte interior de la nariz, que se realiza con un hisopo o swab especial. Se espera que la sensibilidad de este test también sea grande, lo que significa que podrá mostrar la existencia de la infección pocos días después de haber sucedido.
Silva Teixeira explica: “En una segunda fase, la idea es que la levadura emita una luz roja, cuya detección será más fácil aún. En ese caso, cualquier persona podrá hacerse el test en su casa”.
Con base en la constatación de que la hipótesis de trabajo elaborada en los laboratorios de la Unicamp es viable, los científicos de la startup proyectan que el nuevo test podrá salir al mercado para que cualquier interesado pueda comprarlo durante este primer semestre de 2021.
“El proyecto cuenta también el apoyo financiero de la Financiadora de Estudios y Proyectos [Finep, ligada al gobierno federal brasileño] y debe desarrollarse rápidamente porque no podemos perder la oportunidad de ayudar en el enfrentamiento de la pandemia”, afirma Silva Teixeira.
Según el investigador, la idea de desarrollar un producto orientado hacia el combate contra el COVID-19 surgió con el aliciente de la propia FAPESP, que tan pronto como la pandemia llegó a Brasil, en marzo de 2020, convocó a los científicos del estado de São Paulo a presentar soluciones creativas para enfrentar al nuevo coronavirus.
“El gran salto en este caso reside en la modificación genética efectuada en la levadura. Tenemos suma confianza que esta hipótesis funcionará y que el biosensor que estamos elaborando emitirá una señal totalmente confiable”, afirma Silva Teixeira.
Como los insumos empleados en el desarrollo del nuevo producto son simples, la distribución del test de diagnóstico también tiende a ser más fácil en términos de logística.
Pan y cerveza
La innovación orientada hacia un test de diagnóstico del COVID-19 elaborada en la ciudad de Campinas parte de una etapa que BIOinFOOD ya domina, de acuerdo con uno de los socios de la empresa. Uno de los productos desarrollados por la startup brasileña es precisamente una plataforma biotecnológica en la cual la levadura es la gran estrella.
En razón de su versatilidad, la Saccharomyces cerevisiae es un microorganismo ampliamente utilizado como biofábrica en la industria. Las plataformas montadas partiendo de esa levadura producen diversos productos, tales como ácidos orgánicos, aminoácidos, enzimas y proteínas terapéuticas.
“En el caso específico de la plataforma para el test de COVID-19, nuestra intención apunta a que pueda adaptársela a otros tipos de enfermedades en el futuro”, afirma Silva Teixeira.
También forma parte de la línea de producción del grupo el desarrollo de levaduras especiales para la fabricación de pan o el procesamiento de cervezas especiales. Todo esto con el objetivo de personalizar el producto de acuerdo con el interés del fabricante y el gusto de los consumidores.
“Contamos con diversas soluciones a base de levaduras, que son microorganismos muy conocidos. También puede utilizárselas en el área de nutrición animal”, explica Silva Teixeira.