Recta final de COP16: pocos avances y temas vitales estancados
Tras ocho años de negociaciones, se aprobó el acuerdo para identificar y conservar áreas marinas de alta importancia ecológica en aguas internacionales.También se dio luz verde al programa de trabajo sobre el Artículo 8J del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), para la participación activa de los pueblos indígenas y comunidades locales. Los temas de financiamiento y de recursos genéticos y secuenciación digital continúan estancados. Expertos y organizaciones de la sociedad civil piden una mayor conexión entre las agendas de clima y biodiversidad.
CALI, COLOMBIA. En la recta final de la COP16 los temas de financiamiento, participación de pueblos indígenas y comunidades locales, así como el de recursos genéticos y secuenciaciones digitales siguen estancados en las negociaciones.
El tema de canje de deuda por naturaleza, propuesto por Colombia, salió del texto de discusión, al igual que la frase “financiamiento directo”, lo cual causó bastante molestía a los representantes de los pueblos indígenas que vienen abogando, desde hace ya varios años, para que los recursos lleguen directamente a ellos.
Otro tema que tampoco deja un balance positivo es la falta de cumplimiento de las naciones por entregar sus estrategias y planes de acción de biodiversidad (NBSAP, por su sigla en inglés). Antes de que iniciara la COP16, sólo 34 países presentaron sus NBSAP y después de casi dos semanas de la cumbre, sólo seis naciones más han cumplido con su tarea.
“Las posiciones (de los países) se están volviendo más duras, no más suaves”, dijo unos de los observadores que tiene acceso a las reuniones privadas. Eso augura que las conversaciones se extenderán en las noches del 31 de octubre y del 1 de noviembre.
Áreas protegidas en alta mar
En medio de la falta de consenso en los temas más sensibles (financiamiento y recursos genéticos), los países aprobaron un acuerdo sobre las áreas marinas de importancia ecológica o biológica (EBSA, por sus siglas en inglés), que establece un proceso científico y técnico para identificar estas áreas que se encuentran fuera de la jurisdicción marítima de cualquier país.
Se trata de un momento significativo, ya que este tema se viene debatiendo desde la COP13 en 2016, y enfrenta desafíos políticos, técnicos y legales. La decisión será esencial para implementar varios objetivos del Marco Mundial de Biodiversidad Kunming Montreal, al tiempo que respalda el Tratado de Alta Mar.
La presidenta de la COP16 y ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, celebró el acuerdo como un primer gran paso en los objetivos de la conferencia: “El compromiso que hoy hemos asumido representa el espíritu de cooperación y responsabilidad que impulsa la COP16. Este acuerdo nos permitirá proteger áreas clave para el planeta, asegurando que los océanos, nuestros grandes reguladores climáticos y fuente de vida, tengan una defensa sólida y global”.
El Grupo Asesor Internacional EBSA, creado con el acuerdo, deberá establecer directrices científicas de revisión voluntaria para garantizar transparencia en la identificación de áreas de interés ecológico.
Algunos de los puntos más importantes tienen que ver con el reconocimiento del carácter técnico del proceso. Esto quiere decir que la descripción de estas áreas marinas se realizará exclusivamente bajo criterios científicos y técnicos, sin implicaciones sobre soberanía territorial, manteniendo la neutralidad y respeto entre las naciones. También deberá promover la participación activa de pueblos indígenas, comunidades locales, mujeres y jóvenes en los análisis y la toma de decisiones, integrando conocimientos tradicionales fundamentales.
Para lograr estos objetivos, países como Alemania, Bélgica, Canadá, Noruega y Suecia, realizarán talleres científicos y técnicos que reunirán a científicos y representantes comunitarios para ajustar las descripciones de las EBSA.
La participación indígena
Otro avance de las negociaciones en Cali ha sido la aprobación del programa de trabajo sobre el Artículo 8J del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), donde se establece que cada país respetará, preservará y mantendrá los conocimientos, las innovaciones y las prácticas de las comunidades indígenas y locales que entrañen estilos tradicionales de vida pertinentes para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica. Además de promover una aplicación más amplia de estos conocimientos y la distribución equitativa de sus beneficios derivados.
Sin embargo, Ramiro Batzín, indígena maya kaqchikel de Guatemala y coordinador del Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad (FIIB), asegura que es crucial que el nuevo programa de trabajo esté ligado fuertemente a un órgano subsidiario permanente que permita hacer recomendaciones al CDB, para garantizar la inclusión de las opiniones indígenas en todas las decisiones.
El problema es que, en el documento que desarrolla el artículo 8J y que se discutirá en plenaria para aprobación final, todo lo relacionado con el órgano subsidiario está en paréntesis. Es decir, tendrá que pasar a votación y ahí es donde hay altas probabilidades de que no haya consenso, por lo que existe el riesgo de que todas las referencias al órgano subsidiario terminen eliminándose.
“En los dos últimos días habitualmente hay crisis, porque es bien difícil lograr el consenso de casi 200 países. Ahí es donde veremos la mano de la Presidencia de la COP. Susana [Muhamad] tendrá el reto de liderar bien el proceso, conducirlo y generar el consenso”, asegura Manuel Pulgar Vidal, exministro de Ambiente de Perú y líder de la Práctica Global de Clima y Energía de WWF.
Conexión entre clima y biodiversidad
A lo largo de la Cumbre de Biodiversidad en Cali, científicos y organizaciones de la sociedad civil han manifestado la urgencia de crear una convergencia entre las agendas de clima y biodiversidad.
Manuel Pulgar recuerda que en 1992, en la Cumbre de Río, se suscribieron convenios fragmentados y hubo muchas críticas al respecto. “Es decir, cambio climático por un lado, diversidad biológica por otro y, el mismo año un poco más tarde, el convenio sobre desertificación. Estábamos hablando de temas que recién llegaban a la mesa, hay que recordar que para 1992 el Panel Intergubernamental de Cambio Climático recién tenía cuatro años de existencia”.
Sin embargo, Pulgar cree que teniendo en cuenta el contexto actual, es necesario que las agendas de clima y biodiversidad conversen entre sí. De hecho, cree que ya se han dado algunos pasos, pues la meta 8 del Marco Mundial de Biodiversidad Kunming Montreal hace referencia al cambio climático.
“Cambio climático y biodiversidad deben conectarse pero no unirse, porque no estamos en un momento de maduración suficiente como para decir que podemos hacer una sola convención de las tres que existen [cambio climático, biodiversidad y desertificación]. Las convenciones todavía requieren seguir su camino independiente”, dice Pulgar.
Como un argumento para insistir en la independencia de las convenciones, Pulgar menciona un ejemplo: si América Latina no tiene suficientes recursos para ejecutar los planes de acción de las tres agendas de manera fragmentada, es mucho más difícil que tenga los recursos para abordar todo al tiempo en una sola agenda.
Por su parte, Paula Caballero, directora ejecutiva para América Latina de TNC y considerada la creadora de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), está convencida de que las tres agendas deben unirse.
“Los humanos tenemos una tendencia a poner todo en compartimientos, a encerrar todo, y esa no es la manera como funciona el mundo, la naturaleza y las economías”, comenta Caballero.
Para ella, la razón de que existan tres agendas distintas es que surgieron de procesos muy diferentes, “pero son la misma agenda y la realidad es que todo lo que hagamos para mejorar el tema de la catástrofe climática realmente va a redundar en beneficios para la biodiversidad y viceversa”.
Imagen superior: sesión plenaria de la COP16. Foto: UN Biodiversity