En el último año, aproximadamente 26 millones de personas fueron desplazadas debido al impacto del cambio climático. ¿Qué opina la Organización Internacional de Migraciones?
BAKÚ, AZERBAIYÁN. La migración crece a medida que el planeta se calienta aún más. El cambio climático alimenta una crisis migratoria y millones de personas de países vulnerables se ven continuamente desarraigadas de sus hogares.
El nexo entre clima y migración es innegable y la comunidad mundial se ha volcado en las conversaciones y negociaciones de la cumbre climática de Bakú en busca de soluciones urgentes y sostenibles para el recalentamiento planetario.
Ugochi Daniels, subdirectora general de Operaciones de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), habló sobre el desplazamiento de personas debido al impacto del cambio climático y sus diferentes dimensiones, como el desplazamiento por desastres, la movilidad laboral, así como la reubicación planificada.
También se refirió a la magnitud de esta situación, ya que solo en el último año aproximadamente 26 millones de personas fueron desplazadas debido al impacto del cambio climático.
Daniel comentó: «Este impacto está destruyendo los medios de subsistencia de la gente. Las granjas que solían cultivar ya no son viables y la tierra ya no puede sostener su ganado. Así que la gente se desplaza en busca de oportunidades laborales en otros lugares».
Luego está la reubicación planificada, que la OIM apoya a los gobiernos, explicó.
«Cuando los gobiernos saben que ciertas comunidades ya no pueden adaptarse porque el impacto del clima es tan grande que van a tener que trasladarse, en lugar de esperar a que se produzca el impacto climático para trasladarse y probablemente no de la forma más organizada posible, los gobiernos lo planifican».
Para la OIM, es la llamada reubicación planificada.
Daniels subrayó que la migración climática va camino de convertirse en una crisis mundial aún mayor, ya que las estimaciones del Banco Mundial indican que 216 millones de personas se verán desplazadas por el impacto del clima de aquí a 2050 y que lo harán dentro de sus propios países. «Casi mil millones de personas viven en zonas altamente vulnerables al clima. Las tendencias muestran que cuando la gente se desplaza, a menudo se debe a una mezcla de muchos factores».
Explicó que si una comunidad se ve afectada por un fenómeno meteorológico extremo, y al mismo tiempo no se realizan las inversiones necesarias, no hay forma de que la comunidad absorba el impacto del fenómeno meteorológico extremo.
Recuerda que en cada anual Conferencia de las Partes (COP) sobre cambio climático, se registra que el año en curso es el que más catástrofes ha registrado por olas de calor y otros fenómenos climáticos, como sequías, inundaciones y huracanes.
Es lo que ha sucedido en Bakú donde se descuentan ya las horas para el final de la COP29, que se desarrolla en el Estadio Olímpico de la capital de Azerbaiyán desde el día 11.
La directora de Operaciones de la OIM remarcó que estos problemas se están convirtiendo cada vez más en una realidad vivida por un mayor número de personas.
También se refirió a las recientes inundaciones por una catastrófica riada en España, además de todas las catástrofes que se están produciendo en los países del Sur en desarrollo. A su vez, esto está aumentando la concienciación sobre el impacto del cambio climático en las personas.
«De los 216 millones de personas que se calcula que se desplazarán de aquí a 2050, casi la mitad se encuentran en África: 86 millones en el África subsahariana y 19 millones en el norte de África», dijo Daniels, originaria de Nigeria.
Ello sucede porque «África es muy vulnerable en medio de todos los demás problemas de desarrollo a los que se enfrenta el continente. Y sabemos que, solo en África, el estrés hídrico afectará a 700 millones de personas de aquí a 2030. La realidad es que estamos experimentando el impacto del clima».
Explicó que «este año hemos tenido inundaciones sin precedentes en Nigeria, y no sólo en este país: Chad, la República Centroafricana y el Cuerno de África oriental se han enfrentado a fenómenos similares en los últimos tiempos, y tenemos El Niño y La Niña en el sur de África».
Daniels afirma que están animados y satisfechos porque la movilidad humana está integrada en las propuestas para el Objetivo Global de Adaptación y que están unificados en torno a este tema.
También está la Declaración de Kampala sobre Migración, Medio Ambiente y Cambio Climático, que ya han firmado más de 40 países de África, y los grupos regionales de los Estados insulares del Pacífico y las islas han dado prioridad a esta cuestión, ya que es la realidad que viven.
«Como OIM, nuestra presencia en la COP consiste en apoyar a los Estados miembros para aumentar la visibilidad y la concienciación sobre el vínculo entre el cambio climático y la migración y el desplazamiento. Dicho esto, dentro de las negociaciones, y todavía estamos esperando a ver lo que sale, esperamos que esto continúe», observó Daniels.
Y añadió: «Contamos con que los Estados miembros se aseguren de que se reconoce el impacto en las comunidades vulnerables, de que se da prioridad a las comunidades vulnerables en la financiación climática y de que se tiene en cuenta la migración como una estrategia positiva de adaptación. Cuando hablamos de desplazamiento, también tenemos que reconocer que, tal y como están las cosas, los migrantes, a través de medios formales e informales, envían un billón (millón de millones) de dólares al año».
«Y gran parte de esa cantidad va a parar a países en desarrollo y de renta media. Y cuando me reuní con la diáspora en la COP el año pasado (en Dubái), me dijeron: «Ahora estamos financiando pérdidas y daños’. Hemos visto que las remesas han resistido desde covid-19 y siguen subiendo».
Asi que en la COP29 de Bakú, argumentó, «no se trata solo de reconocer el cambio climático y la movilidad humana, que ha estado en la decisión cubierta al menos durante las tres últimas COP. Sino que también se trata de integrar esto en los diferentes instrumentos y mecanismos, ya sea en la financiación o en los indicadores».
Al hablar sobre la cuestión neurálgica de la operatividad del Fondo de Pérdidas y Daños, aprobado en Dubái hace un año, Daniels recordó que hay 64 fondos globales específicos sobre el clima.
Pero el Fondo de Pérdidas y Daños es el único que tiene una ventana específica para las comunidades vulnerables.
Mientras los casi 200 Estados parte de la convención climática de Naciones Unidas continúan sus negociaciones cada vez más intensas, la OIM espera soluciones que, por ejemplo, mejoren el acceso a la financiación climática.
Daniels aseguró que la OIM espera que la nueva vía de financiación, el Fondo de Pérdidas y Daños, apoye a las comunidades vulnerables para adaptarse o migrar de forma segura.
También hizo hincapié en la necesidad de cooperación regional para gestionar la migración relacionada con el clima y en cómo la migración climática figura en los planes nacionales de adaptación.
«Es importante que las comunidades vulnerables formen parte de las soluciones. Necesitan estar en la mesa donde se toman estas decisiones», dijo Daniels.
La OIM es la agencia de la ONU que apoya tanto el nuevo Fondo como su implementación.
«Las pruebas están ahí. Las soluciones están ahí. Los acuerdos también están ahí. Así que estamos aquí en la COP para hacer todo lo que esté en nuestra mano para garantizar que así sea».
«Nuestra máxima prioridad es el compromiso y la participación de los más afectados para que tengan voz en la mesa. La migración bien gestionada es una estrategia de adaptación muy eficaz», afirmó la subdirectora general de la OIM.
Destacó que, «la civilización humana ha sido moldeada por la migración y así seguirá siendo. El clima y otros factores seguirán provocando desplazamientos. Tenemos las herramientas. Sabemos cuáles son las soluciones. Existe el Pacto Mundial sobre Migración, que es la forma en que los países han acordado cooperar para mejorar la gestión y la gobernanza de la migración».
Así que, dijo, «como sabemos que la migración ha dado forma a nuestra historia y que dará forma a nuestro futuro, no tenemos excusa para no garantizar que sea segura, digna y regular».
«Lo que no hagamos nosotros, lo harán los traficantes y contrabandistas», sentenció.
Y se lamentó de que en el proceso, habrá más gente muriendo: «Tendremos mayores vulnerabilidades, y el modelo de negocio y la industria del tráfico simplemente seguirán creciendo. Por tanto, la urgencia de la acción climática es aquí y ahora, y realmente no hay excusa para no trabajar colectivamente en ello».
Imagen superior: La subdirectora general de Operaciones de la Organización Internacional para la Migraciones, Ugochi Daniels (I), en la COP29, en Bakú. Imagen: OIM
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