Altas temperaturas alteraron inmunidad en lobos marinos
Crías de lobos marinos del Pacífico norte, nacidas durante un año con elevación anormal de temperatura, estaban mal nutridas porque debido a la disminución de presas sus madres no pudieron alimentarse adecuadamente.
Durante 2014 y 2015 se produjo una relevante anomalía climática en la costa del Pacífico norte: la temperatura superficial del océano incrementó 2 y 5 grados más alta de lo normal, una magnitud nunca antes registrada. Esta situación se constituyó en un fenómeno denominado «la mancha» (the blob) que afectó severamente a los leones marinos de California, según revela un estudio publicado en Plos One.
El trabajo investigativo fue liderado por Karina Acevedo-Whitehouse, PhD en medicina veterinaria de la Universidad de Cambridge y jefe del Grupo de Epidemiología Molecular e Inmunología Ecoevolutiva de la Universidad Autónoma de Querétaro (México), quien reveló que las crías de lobo marino de California nacidas durante ese año de anomalía climática, tenían severamente disminuida la capacidad inmune.
Específicamente, “estas crías eran incapaces de generar una respuesta inflamatoria ante un estímulo, y sus niveles de anticuerpos circulantes eran mucho menores que los observados en las crías nacidas durante años en los que la temperatura superficial del mar era normal”.
Las altas temperaturas de la superficie del mar disminuyen la productividad primaria y, en última instancia, la disponibilidad de presas para los mamíferos marinos. En este sentido, es probable que los leones marinos de California sean particularmente vulnerables a estos descensos en las presas porque normalmente se alimentan a menos de 100 kilómetros de sus criaderos. La disminución de presas podría obligarlos a extender los viajes para alimentarse y comer presas de menor valor.
Resultados de laboratorio
Para estudiar este tema, los investigadores compararon la condición corporal y la competencia inmune de 61 crías de lobos marinos de California nacidas en 2014 y 2015, cuando las temperaturas de la superficie del mar eran altas, con los datos de 23 crías nacidas en 2013, cuando las temperaturas de la superficie del mar eran normales.
Entre las variables estudiadas estaban los niveles sanguíneos de glucosa, un marcador de desnutrición y las inmunoglobulinas IgG e IgA, dos tipos diferentes de anticuerpos.
Además, los investigadores analizaron la respuesta de los cachorros a un “desafío” inmune, la inyección de fitohemaglutinina, un compuesto derivado de plantas que estimula la división de las células del sistema inmune, los llamados linfocitos T.
Los investigadores encontraron que la glucosa en sangre era un 15% menor en los cachorros nacidos cuando las temperaturas de la superficie del mar eran altas, lo que sugiere que estaban en etapas tempranas de hambruna. Estos cachorros también tenían niveles marcadamente más bajos de las dos inmunoglobulinas y fueron incapaces de responder al desafío inmune.
Bajan las defensas
“Los efectos observados estaban relacionados con la cantidad de glucosa en sangre de las crías, y a su vez esto era un reflejo de su alimentación. En otras palabras, las crías nacidas durante las anomalías climáticas estaban mal nutridas porque sus madres no pudieron alimentarse adecuadamente debido a la disminución de presas a consecuencia de ‘la mancha’, y eso repercutió en el desarrollo de sus habilidades inmunes”, asegura la investigadora.
Este es un efecto con mucha relevancia poblacional, según Karina Acevedo-Whitehouse, ya que una respuesta inmune adecuada es esencial para la supervivencia de cualquier organismo.
«La generación entera de crías de lobo marino nacidas en el Pacífico norte durante ‘la mancha’ sería más vulnerable ante cualquier patógeno que pudiera desafiarla. Si otras especies reaccionaran de manera semejante, el efecto sería entonces, observable a escala ecosistémica, y podría tener consecuencias terribles para especies de poblaciones reducidas, que ya están amenazadas o vulnerables”, concluye.
El estudio constituye así la primera evidencia empírica de que el cambio climático impacta el sistema inmune de organismos neonatos en el ambiente marino. No obstante, serán necesarios más trabajos para determinar los diferentes condicionantes y qué ocurre con otras especies.
*DiCYT es la Agencia Iberoamericana para la Difusión de la Ciencia y la Tecnología. Esta publicación es producto de la alianza informativa con redprensaverde.org
Fotografías: ©Grupo de Epidemiología Molecular e Inmunología Ecoevolutiva Universidad de Querétaro (México).