La colorida papada de algunos machos de anolis acuáticos, que les sirve para atraer a las hembras, también puede ser su sentencia de muerte.
En el mundo de los lagartos, los colores llamativos atraen el interés de las hembras que buscan pareja. Pero también pueden hacer que los machos coloridos sean deseables para otros ojos, como los de sus depredadores.
La profesora de la Universidad de Binghamton (Estados Unidos) Lindsey Swierk es la primera autora de un artículo publicado en la revista Evolutionary Ecology sobre este tema, en el que detalla un experimento realizado en la Estación Biológica Las Cruces en Costa Rica, en el que los investigadores utilizaron modelos de arcilla de anolis acuáticos (Anolis aquaticus).
Para atraer la atención de las hembras, los anolis machos tienen una papada muy particular: unos coloridos colgajos de piel extensibles debajo de su barbilla. En la mayoría de las especies de anolis, esta papada evolucionó para ser lo más notoria posible dentro del ambiente de esta especie, que habita fundamentalmente Costa Rica y en menor medida Panamá.
Estas papadas son muy diversas. Mientras que algunas son de un llamativo color rojo anaranjado, otras tienen colores más apagados, de un rojo pardusco. Los investigadores querían determinar el efecto que tienen estas variaciones de color sobre el riesgo de terminar depredados. Una tesis que se asume pero que pocos estudios evidencian.
Para demostrar que los machos más llamativos enfrentan mayor riesgo de ser atacados, los investigadores crearon modelos de anolis arcilla con papadas de colores, algunas más brillantes, otras más apagadas. Muchos depredadores usan una «imagen estereotipada” para identificar a sus presas, por lo que los modelos tenían que aproximarse al tamaño, color y forma general de los anolis. Sin embargo, el color de la papada requería una atención especial. Se diseñaron diversos modelos y se realizaron pruebas piloto para certificar que eran adecuados.
Los investigadores pudieron identificar a los distintos depredadores a partir de las marcas de las mordeduras en los modelos de arcilla. Entre ellos había muchas especies de aves, basiliscos y los lagartos de cola de látigo. Los resultados demostraron que las lagartijas más llamativas terminaban como “almuerzo” con más frecuencia, según la información de la Universidad de Binghamton recogida por DiCYT.
Pero si los colores brillantes tienen consecuencias mortales, ¿por qué los prefieren las hembras anolis? Una respuesta es que los machos más brillantes cuentan con material genético de alta calidad o recursos que les permiten manejar el riesgo de ser devorados, según Swierk.
«Dado que la ‘misión’ evolutiva de cada individuo en la vida es transmitir tantas copias de sus genes como sea posible, rasgos llamativos como estos pueden evolucionar si le dan a un individuo un alto nivel de éxito reproductivo, incluso si el rasgo llamativo termina finalmente matándolos», asegura Swierk.
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