Hidroituango: nuevas decisiones, nuevos impactos
Muerte de peces, erosión y escasez de agua para acueductos son algunos impactos por el cierre de la segunda compuerta del proyecto. El caudal del río Cauca bajará de unos 500 metros cúbicos/seg. a 35.
ANTONIO PAZ CARDONA /MONGABAY LATAM
Desde la inundación de Puerto Valdivia en Antioquia en mayo de 2018, Hidroituango, el proyecto hidroeléctrico más grande en la historia de Colombia, no ha dejado de estar en alerta. Se han tomado decisiones radicales como la inundación de la casa de máquinas y recientemente el cierre de una de las compuertas de captación de agua de la obra.
A pesar de que se terminó de construir la presa, la casa de máquinas sigue inundada y aún se desconoce el estado real de la obra y los costos asociados a las contingencias ocurridas. La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) le ha hecho decenas de requerimientos a Empresas Públicas de Medellín (EPM) y ya le abrió proceso sancionatorio por no garantizar el caudal ecológico aguas abajo de la presa.
A todo esto se sumó que el 5 de febrero Colombia despertara con la noticia de que se cerraría ─antes de lo previsto─ la segunda compuerta del proyecto. Esto generó tensión y polémica debido a los impactos ambientales que se causarían. El proceso de cierre se dio entre las 12 del mediodía y la 1 de la tarde.
En condiciones normales el río Cauca, en esta época del año, tiene un caudal que varía entre los 450 y los 500 metros cúbicos por segundo (m3/s). Con el cierre de la segunda compuerta, el caudal pasaría repentinamente a solo 35 m3/s, los cuales provienen así: 10 del río Ituango en la zona de la presa, 10 del túnel de desviación derecho, 10 del túnel de desviación auxiliar y 5 de la zona de descarga intermedia. Esta disminución en el caudal del río Cauca se prolongaría durante cerca de tres días, es decir, desde el martes 5 de febrero hasta el viernes 8 de febrero, mientras el embalse se llena y alcanza la cota 401; nivel indicado para que el agua fluya por el vertedero. Jorge Londoño, gerente de EPM, dijo que la decisión se tomó luego de analizar las consecuencias de permitir el flujo de agua por la compuerta. “Si no la cerramos significaría la pérdida del control de las aguas y esto podría generar, en un mediano plazo, un deterioro mayor de toda la infraestructura interna, con una afectación potencial a la seguridad y a las vidas de las comunidades aguas abajo”.
Según indicó Londoño, la empresa espera que para el viernes en la mañana el caudal del río esté en 100 m3/s, el viernes en la tarde en 200, el sábado en la mañana en 300, el sábado en la tarde en 400 y el domingo en la mañana en 500; recuperando así su nivel normal para esta temporada del año. La situación crítica se daría entre los municipios de Valdivia y Nechí en Antioquia. El caudal iría aumentando naturalmente gracias a los afluentes que llegan al Cauca, pero aun así no son suficientes para llegar a las condiciones habituales del río. “En Puerto Valdivia ya será de 55 m3/s, en Cáceres de 110, en Caucasia de 115 y en Nechí de 170”, afirmó Londoño. El gerente además dijo que dentro del plan de contingencia decidieron desembalsar las represas de Porce para agregarle agua al río Nechí y que este, al desembocar en el Cauca, permita tener caudales cercanos a 570 m3/s y así garantizar una situación de “normalidad” desde ese punto hasta que el Cauca se una al río Magdalena.
Impactos inevitables
El Ministerio de Ambiente aseguró que EPM debe prevenir los impactos que ocasione la reducción del caudal mínimo aguas abajo de la presa; prevenir los impactos socioeconómicos sobre las comunidades, especialmente en sus actividades agrícolas o del día a día; evitar los efectos sobre la disponibilidad del agua para consumo humano y actividades agropecuarias o económicas asociados al cambio en las características hidráulicas; mantener la calidad del agua y sus usos asociados; prevenir y restaurar los efectos sobre las comunidades hidrobiológicas del sector pesquero y su hábitat asociado; prevenir la desconexión de los complejos cenagosos y sus consecuencias asociadas; y evitar los efectos económicos y sociales que se puedan presentar sobre la navegabilidad y movilidad de las personas en el río.
A pesar de esto, Jorge Londoño indicó que el objetivo principal es proteger las vidas de las personas y que la decisión sí tendrá impactos sobre el medio ambiente, aunque asegura que “estos serán mitigables y reversibles”. El principal reto será el rescate de la fauna íctica, ya que, cuando el caudal del río disminuye de forma abrupta, algunos peces quedan atrapados en las orillas. Según dijo Londoño, han identificado los lugares donde esto puede ocurrir y “hay 700 pescadores de la zona, que recibieron capacitación previa, para que actúen oportunamente en el rescate de los peces”.
Otro punto crucial, en momentos en que el caudal del río Cauca baja, es evitar que las ciénagas pierdan su nivel. EPM asegura que planeó el cierre de las conexiones sobre las ciénagas. También argumentan que trabajan en la recolección de residuos sólidos y basura. “La decisión la tomamos con la conciencia de que las afectaciones que se puedan presentar en este recorrido son, en parte, mitigables y reversibles. Podemos hacer unos planes de repoblamiento de peces de manera que el río se recupere en la mayor brevedad posible”.
Sin embargo, otros no piensan que esto sea tan sencillo como la empresa dice. De hecho, la Anla aseguró que ha mantenido a disposición a su personal para hacer seguimiento y control ambiental a las medidas de manejo en el marco de la contingencia, pero que “los impactos ambientales que generará el cierre de la compuerta 1, no fueron comunicados oportunamente por la empresa titular de la licencia ambiental”. La autoridad ambiental ordenó un monitoreo satelital a coberturas boscosas y cuerpos de agua de la zona; continuar con el trabajo articulado con el Sistema Nacional Ambiental (SINA) y el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres; mantener un seguimiento estricto y permanente a las medidas de manejo ambiental, lo cual incluye la presencia en el sitio del proyecto de un equipo técnico interdisciplinario de profesionales durante el tiempo que sea necesario; e imponer medidas de manejo ambiental adicionales, en caso de ser necesarias.
Comunidades preocupadas
“Es una masacre al río, lo están matando”, son las palabras de Isabel Cristina Zuleta, líder del movimiento Ríos Vivos Antioquia que desde hace varios años hace seguimiento a lo que ocurre con el río Cauca en la región. “A la empresa no les interesamos nosotros y mucho menos el río o las especies de flora y fauna. Es aterrador que las autoridades le permitan a EPM hacer lo que quiera”.
Según dice, la empresa, desde el cierre de la primera compuerta, el 16 de enero, ha incumplido con el caudal ecológico del río y presuntamente no está dejando salir el agua necesaria. “Tienen un proceso sancionatorio y ¿hoy les permiten hacer esto?, sentimos que pasamos de emergencia en emergencia para que ellos avancen con su obra, pero no con el fin de proteger a las comunidades ni al ambiente”, enfatiza.
De acuerdo con pobladores que viven aguas abajo del proyecto Hidroituango, no solo morirán muchos más peces de los que ya han muerto sino que las riberas del río seguirán erosionándose. También dicen que las personas que viven alrededor del Cauca y los pescadores están sufriendo mucho porque todos los sedimentos se están quedando atrapados.
“No volvimos a ver nutrias y antes había muchas. Los animales no están viniendo al río, ellos saben lo que está pasando y por eso se alejan. Tampoco se volvieron a escuchar las guacamayas porque cambió el régimen de vientos”, comenta Zuleta.
En Ríos Vivos no creen que la recuperación de los peces sea tan sencilla como anuncia EPM, pues dicen que las especies dependen del tipo de agua que llega, de su velocidad, de la temperatura y de los sedimentos. “Al dejarnos sin el río están dejando sin sustento a los humanos y a los animales”. Zuleta dice que hay mucha tristeza entre los pobladores y que a esto se suma que el 4 de febrero les anunciaron que durante el 5 no habría servicio de agua en Caucasia y que no se sabe cuándo va a volver.
Hace tan solo seis días la Anla inició proceso sancionatorio contra EPM por no cumplir con el caudal ecológico del río Cauca. La entidad ambiental le ordenó a la empresa que máximo en tres meses presente un informe en el que “precise y detalle los cambios generados en la provisión de los servicios ecosistémicos del río Cauca, aguas debajo de la presa y hasta la entrada del río Nechí”.
Dicho informe debe dar cuenta de temas como el recurso íctico (peces), actividades económicas relacionadas con la extracción de material de arrastre del río Cauca, la dinámica del transporte fluvial y el suministro de agua. Además, dejó claro que se tiene una referencia de caudal ecológico aguas debajo de la presa y esta debe ser de 450 m3/s.
En una reunión del 29 de enero se realizaron 35 requerimientos de inmediato cumplimiento sobre aspectos como manejo y conservación de la vegetación, restablecimiento de la cobertura boscosa, aprovechamiento forestal, evidencias documentales de reforestación en algunas franjas, remoción de biomasa, compensación forestal, optimización de hábitats reproductivos y de desarrollo de peces, ocupaciones de cauce, plan de compensación por pérdida de biodiversidad y manejo de restitución de condiciones de vida, entre otros.
Adicionalmente, se realizaron 16 requerimientos producto del seguimiento al proyecto sobre manejo y protección del recurso íctico y pesquero en las cuencas baja y media del río Cauca, monitoreos físico-químicos e hidrobiológicos, compensación por afectación de la cobertura vegetal, manejo y conservación de la fauna silvestre, evaluación económica ambiental y manejo de materiales de excavación.
Nuevamente en emergencia
Desde principios de este año EPM identificó un “vacío o hueco” ubicado entre los túneles de captación 1 y 2. Por este motivo la empresa aceleró el proceso de cierre de compuertas. La idea era cerrar la compuerta número 2 el 16 de enero, como efectivamente ocurrió, y que la compuerta 1 se cerraría cuando el embalse alcanzará la cota 401. Desde el 16 de enero el caudal del Cauca, aguas abajo, disminuyó considerablemente.
Sin embargo, cuando cerraron la compuerta número 2 se identificó que el hueco unía al túnel de captación 1 con el túnel de captación 2.
“Antes del primer cierre, el agua entraba a presión y llenaba el 100 % de los túneles pero al quitar la mitad del caudal, cerrando una de las compuertas, y sabiendo que estas dos estaban conectadas abajo en el hueco, se nos presenta ingreso de flujo libre o cascada, es decir, que por la captación 1 quedó entrando aire y agua”, afirmó Jorge Londoño, gerente de EPM.
Después de analizar este hallazgo se llegó a la conclusión de que la presión que ejercía el embalse en el sitio de la compuerta de captación aumentó significativamente e incrementó el estrés sobre esa infraestructura.
Un análisis externo, que según EPM entregó sus resultados el lunes 4 de febrero, indicaba que mientras más subiera el embalse, mayores las diferencias de presiones antes y después de la captación. “Lo que nos revela este informe es que la infraestructura podría fallar de 2 maneras: por esfuerzos de flexión y/o por esfuerzos por cortante”, dijo Londoño.
Mientras que la estructura podría llegar hasta la cota 400 con la compuerta abierta sin colapsar por flexión, los análisis para esfuerzos por cortante mostraban que por cada metro que subiera el embalse, aumentaba el estrés y la probabilidad de que la estructura de captación colapsara.
Si el sitio de captación se desploma significa que la empresa pierde el control sobre las aguas. Esa, por lo menos, ha sido la explicación oficial de EPM, que además aseguró que si no le hubierna pedido al embalse de Salvajina ─ubicado en el departamento de Cauca, suroccidente de Colombia y que también se encuentra sobre el río Cauca─ que generara más energía para que, de esa forma, aumentara el caudal del río, la decisión que se tomó el martes 5 de febrero no tendría impactos durante tres días sino durante una semana o más.
Desde el martes 5 de febrero y hasta el fin de semana se hará un monitoreo constante del río aguas abajo de la represa. Lo que ocurra con el Cauca y los impactos finales de esta decisión aún no se saben con certeza.
Foto superior: Alaín Jimenez fadul / twitter @ajfadul
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