La salud de los océanos está gravemente amenazada por un gran número de factores estresantes antropogénicos.
La humanidad debe actuar rápidamente con acciones transformadoras y audaces para restaurar y salvaguardar los ecosistemas saludables en los hábitats oceánicos de todo el mundo.
Así comienza el llamado de un grupo de científicos que decidió convocar a través de una publicación en Biological Conservation la firma de una carta que respalde su preocupación por las graves afectaciones a que están siendo sometidos estos ecosistemas.
El artículo destaca: Aproximadamente el 98% del océano global ya está afectado por múltiples factores estresantes, lo que plantea la posibilidad preocupante de un colapso ecológico a gran escala en varios sistemas. Si bien los hábitats costeros a menudo experimentan el daño más significativo, incluso los hábitats remotos en alta mar o en aguas profundas no son inmunes a las crecientes amenazas de las actividades humanas. El daño a los hábitats marinos se ha acelerado rápidamente en todo el mundo, con el 76% de las especies marinas y estuarinas afectadas, incluidas las pérdidas notables del 50% de la cobertura de los arrecifes de coral y el 40% de los bosques de algas marinas.
Al mismo tiempo informa que se está produciendo una gran pérdida de biodiversidad; las poblaciones de vertebrados marinos disminuyeron en un promedio del 22% de 1970 a 2008 y los peces marinos experimentaron una mayor disminución del 38%. Más de 25 especies marinas ya se han extinguido, y se espera que las tasas de extinción aumenten considerablemente en el futuro previsible. Entre el 20 y el 25% de las especies marinas ya están en considerable riesgo de extinción, incluidos los corales, los peces , pastos marinos y manglares.
Además de las pérdidas de biodiversidad y hábitat, las interrupciones humanas hacen que los ecosistemas marinos sean menos resistentes, lo que aumenta considerablemente su vulnerabilidad a nuevas perturbaciones.
El llamado
Debemos cambiar de inmediato y significativamente nuestra trayectoria dañina para evitar dañar irrevocablemente nuestros océanos. Importantes actividades en curso los están degradando: las prácticas pesqueras destructivas, la extracción de petróleo y gas natural, la minería de los fondos oceánicos, el desarrollo costero, el transporte marítimo, la contaminación y los gases de efecto invernadero.
Expresan que ya se tienen las vías para mitigar esos impactos: cese de actividades dañinas, restauración de hábitats ecosistemas, protección de ecosistemas clave y representativos, reducción de desechos y emisiones y los cambios de políticas globales que prioricen la salud de los ecosistemas.
Si no modificamos nuestra trayectoria actual, el daño acumulado puede dar lugar a un océano irreversiblemente deteriorado, con un funcionamiento, una estética y una resiliencia considerablemente mermados, lo que nos conducirá a un océano muerto carente de vida y biodiversidad.
Firman el documento, Samuel Georgian, Sarah Hammeed y Lance Morgan del Instituto de Conservación Marina; Diva Amón del SpeSeas, U.Rashid Sumalia de la Universidad de Columbia Británica; David Johns de la Universidad Estatal de Portland y William J.Ripple de la Universidad Estatal de Oregon.
Foto: Pok Rie
Artículo completo en inglés:
Advertencia de científicos sobre un océano en peligro – ScienceDirect