Un estudio sobre el uso de plantas medicinales por parte de una comunidad indígena amazónica refuerza la teoría de que selección de “fármacos” no se realiza aleatoriamente
La selva amazónica produce más del 20 por ciento del oxígeno del mundo, el 20 por ciento del agua dulce y alberga más de 150.000 especies de plantas ricas en nutrientes beneficiosos, fitoquímicos –compuestos químicos- y principios activos.
Muchas de estas plantas son la fuente de algunos de los medicamentos más utilizados y que salvan vidas: medicamentos con propiedades antioxidantes, antibacterianas y antiinflamatorias que se usan para tratar la diabetes tipo II o la enfermedad de Alzheimer, entre otros.
Durante siglos, los pueblos indígenas de la selva tropical han utilizado muchas de estas plantas con fines medicinales y su conocimiento empírico sobre ellas es ampliamente respetado por la comunidad científica. La teoría dice que la forma en que seleccionan estas plantas medicinales no es aleatoria. La idea es que la selección está influenciada en parte por la eficacia terapéutica de las plantas y, por lo tanto, ciertos grupos de plantas se ven favorecidos sobre otras.
Para poner a prueba esta teoría de selección no aleatoria, investigadores de la Universidad Atlántica de Florida (FAU, por sus siglas en inglés) y colaboradores trabajaron con residentes de la comunidad Kichwa, el grupo étnico indígena más grande de la Amazonía ecuatoriana con una población de 60.000 personas. Esta región se extiende desde Brasil hasta Venezuela, Colombia, Bolivia y Perú.
El trabajo, publicado en la revista Journal of Ethnopharmacology, es el primero en analizar datos a nivel local en lugar de datos a nivel nacional para garantizar que las estimaciones de las familias de plantas medicinales sean consistentes con la disponibilidad local de estas familias.
En concreto, trabajaron con las comunidades kichwa de Chichico Rumi y Kamak Maki, ambas situadas en Ecuador. Los diferentes factores socioculturales incluidos en el estudio revelaron resultados interesantes.
Los investigadores identificaron 101 especies medicinales de 54 familias de plantas. Los participantes de Chichicu Amarun, en funcionamiento durante solo un año, nombraron más plantas medicinales que los participantes de Kamak Maki, en funcionamiento durante más de 36 años.
Además, los investigadores encontraron que los hombres nombraron más plantas medicinales que las mujeres, lo cual fue un hallazgo inesperado. Asimismo, los participantes mayores de 40 años nombraron más especies que los participantes más jóvenes, un reporte que coincide con la literatura anterior que muestra que el conocimiento tradicional aumenta con la edad.
«Explorar la dimensión de género en nuestro estudio arrojó algunos resultados muy interesantes, como que los hombres tienen más conocimiento sobre las plantas que las mujeres», asegura Daniela M. Robles Arias, autora principal.
«Se dice que las mujeres tienen más conocimiento sobre las plantas medicinales porque cuidan a los hijos y trabajan más en los chakras o campos. Pero observamos una tendencia diferente en nuestro estudio. Además los dos géneros usan distintas familias, lo que puede sugerir que ambos tienen el mismo conocimiento, aunque en diferentes áreas”.
En la comunidad de Chichico Rumi, los investigadores descubrieron que las diferentes familias de plantas medicinales sobreutilizadas e infrautilizadas identificadas dependieron del número de años relacionados con el ecoturismo –actividad con la que han encontrado una nueva fuente de ingresos-, el género y la edad.
«Debido a que las personas que trabajan para Kamak Maki han estado expuestas más tiempo a culturas y mercados extranjeros, es más probable que hayan reemplazado algunos de sus remedios tradicionales por otros más modernos», asegura Maria Fadiman, coautora del estudio. «Además, el ecoturismo es una actividad con fines de lucro, y existe una asociación inversa entre el aumento de la riqueza y el conocimiento etnobotánico», agrega.
Este estudio halló que las familias Urticaceae y Solanaceaeas se usan en exceso como plantas medicinales. Urticaceae contiene polifenoles con actividad antiinflamatoria, así como ácidos grasos oxigenados que se sabe que tienen propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas. Del mismo modo, la fitoquímica de Solanaceaeas biosintetiza una amplia variedad de metabolitos secundarios, por ejemplo antibióticos.
En cualquier caso, la mayoría de las familias de plantas medicinales que los investigadores identificaron coinciden con los resultados de otros estudios, lo que fortalece la teoría de la selección de medicamentos no aleatoria.
Foto superior: Una mujer kichwa camina en su «chakra» o huerta / ©Daniela M. Robles Arias