En 2020, la creciente demanda de balsa llegó a Perú. Las exportaciones de esta madera hacia Ecuador se dispararon en medio de sospechas de ilegalidad, invasión de territorios indígenas y hasta la existencia una presunta organización criminal.
Sally Jabiel
Lima, Perú. La fiebre balsera traspasó las fronteras hacia Perú. En 2020, los madereros ecuatorianos incursionaron clandestinamente en el territorio indígena wampís, en el nororiente del país. Más de 1,5 millones de pies cúbicos de balsa, que crecía en sus bosques de barbecho, fueron talados de forma ilegal, según estimaciones del Gobierno Territorial Autónomo Nación Wampís.
“La balsa nos trajo muchas disputas y amenazas”, recuerda Teófilo Kukush, máxima autoridad (pamuk) de la Nación Wampís, que integran 22 comunidades de las cuencas de los ríos Santiago y Morona en la Amazonía peruana. “Y la inacción del Estado peruano tampoco ayudó”.
En 2021, la situación se deterioró al punto que los balseros detuvieron a una delegación de jóvenes indígenas en represalia, mientras que la Nación Wampís denunció la desaparición de una niña en la frontera con Ecuador. Ante esas invasiones y violencia, los wampís detuvieron toda extracción y bloquearon las embarcaciones con balsa extraída ilegalmente.
“Nosotros mismos logramos controlar esas disputas, nos organizamos y frenamos el ingreso de balseros con ayuda de los hermanos shuar de la frontera en Ecuador”, afirma el líder wampís en entrevista con Dialogue Earth y Red Prensa Verde. “Y hasta la fecha no han regresado”.
Taladores ecuatorianos invadieron el territorio wampís en 2020 para extraer ilegalmente balsa • Fotos: Gobierno Territorial Autónomo Nación Wampís
Por esos años, la balsa, o topa como también es conocida, se posicionó entre una de las cinco especies maderables más exportadas en Perú, según un informe de Forest Trends. Entre 2020 y 2021, el país exportó 44.855 metros cúbicos (m³), de acuerdo al análisis de la información solicitada a la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat).
En efecto, en 2021 el volumen oficial de trozas de balsa extraídas alcanzó los 2.594 m³ y el de madera aserrada los 10.678 m³, según la respuesta del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) a una solicitud de información para esta investigación. Sin embargo, ese mismo año se exportaron 32.264 m³ de esta especie, superando ampliamente los volúmenes que podrían producirse a partir de lo reportado al Serfor.
La tala ilegal impulsó exportaciones
Volumen anual de exportaciones de balsa, en miles de metros cúbicos
Fuente: Serfor (2024) y Sunat (2024) • Gráfico: Dialogue Earth y Red Prensa Verde
Para Alfredo Rodríguez, uno de los autores del informe de Forest Trends, el problema fue que prácticamente se comercializó madera “ilegal sin nada que realmente la ampare”. “La industria en Ecuador descubrió lo fácil que es llevarse la balsa de Perú por la falta de claridad en las regulaciones y de controles efectivos en una industria forestal que desde hace años viene batallando contra documentos falsificados, información no verificada y corrupción”.
Desde 2016, las áreas de balsa se registran como plantaciones forestales por orientación del Serfor, según Forest Trends. Esto a pesar de que, por lo general, esta especie suele crecer sin necesidad de ser plantada en los bosques secundarios, es decir, que han sido deforestados por actividades humanas o causas naturales.
“Es un proceso simple y automático”, explica Frank Rivero, experto forestal. Para registrarlas, los propietarios deben presentar ante la Autoridad Regional Forestal, entre otros requisitos, una ficha con carácter de declaración jurada con información del área, especies y producción estimada de madera.
No se verifica la existencia de la plantación, ni exigen planes de manejo forestal o permisos de extracción. Tampoco el Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (Osinfor) puede fiscalizarla. “Recién cuando van a aprovechar esa plantación puede haber una inspección por parte de la Autoridad Regional, pero no es obligatorio, es opcional”, detalla el experto.
Explosión de nuevas plantaciones
Número de plantaciones de balsa registradas por departamento y año
Fuente de datos: Serfor (2024) • Gráfico: Dialogue Earth y Red Prensa Verde.
“El Serfor debería corregir la normativa sobre registro y aprovechamiento de plantaciones forestales”, plantea Rivero. “Se ha evidenciado que muchas veces la balsa es extraída ilegalmente de áreas sin autorización y lavadas con registros de plantaciones forestales”.
Es lo que sucedió en 2021, el año pico de exportaciones de balsa y, a la vez, el del mayor registro de plantaciones de esta especie. Ese año, Jalsuri Green S.A.C, empresa ficticia del Clan de los Topa, fue responsable de casi el 50% de toda la balsa exportada, según Sunat. Esta red criminal operaba desde 2020 con empresarios, transportistas y exfuncionarios de la Autoridad Regional Ambiental de San Martín para legalizar la madera con documentos sellados y validados por esta entidad, de acuerdo con el Ministerio Público.
Desde entonces, las exportaciones de balsa han disminuido en Perú. En 2022, solo se enviaron 12.778 m³ de esta madera, principalmente a Ecuador, un 60% menos de lo exportado en 2021.
Principales exportadoras de balsa en 2020 – 2023
Empresas | Volumen (m3) |
---|---|
JALSURI GREEN S.A.C | 15.074,00 |
A&H CONSULTORES EMPRESARIALES S.A.C. | 8.752,00 |
INDUSTRIA DE BALSA PERUANA S.A.C. | 7.190,00 |
MCM WOOD FACTORY S.A.C | 6.265,00 |
GIBAGO PERU S.A.C. | 3.510,00 |
En 2023, además, se aprobaron los lineamientos del Serfor para elaborar declaraciones de manejo para el aprovechamiento forestal en bosques secundarios, incluida la balsa. Bajo estos lineamientos, las áreas donde crece esta especie, de forma natural, requieren supervisiones de Osinfor y no deberían ser tratadas como plantaciones.
Para esta investigación se consultó al Serfor sobre el tráfico de balsa amparado en el registro de plantaciones. Al cierre de esta edición no hubo respuesta.
Para Alfredo Rodríguez, “no está mal que se aproveche la balsa”, sino la forma en la que se está haciendo, “legalizando madera extraída sin nada que la ampare”. “Se están volando un montón de oportunidades para el país”, precisa.
Es lo que viene pasando con la Nación Wampís que, tras la invasión de los taladores, ha apostado por reforestar la balsa para comercializarla de manera sostenible. “Nuestro pueblo ha pedido vender esa madera y nosotros estamos comprometidos en buscar un mercado directo con China”, asegura el pamuk Teófilo Kukush. “Pero hasta ahora no encontramos un trato justo, una empresa que pague un precio justo”.
Foto de portada: Wajai Moisés Peas Senkuan.
ALIANZA PERIODÍSTICA
DIALOGUE EARTH – RED PRENSA VERDE
CON EL APOYO DE EARTH JOURNALISM NETWORK
Esta investigación fue realizada con apoyo de Earth Journalism Network (EJN)
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