En una de sus charlas, el investigador explicó por qué Colombia es el segundo país con mayor diversidad de peces (1.502 especies) y sin embargo presenta los mayores vacíos de información en la cuenca amazónica.
El conocimiento que tenía del país el ecólogo javeriano Javier Alejandro Maldonado Ocampo, lo llevó a investigar más allá de la biología y ecología de las especies: su centro fue la relación peces-agua-gente-cultura.
El investigador de 42 años, nacido en Ubaté (Cundinamarca) y doctorado en Zoología del Museo Nacional de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, laboraba en la Unidad de Ecología y Sistemática del departamento de Biología de la Universidad Javeriana y alternaba la docencia con el que consideraba su proyecto de vida: Ictiología y Cultura.
El pasado 2 de marzo su vida se quedó en las aguas del río Vaupés entre Mitú-Yavaraté, cerca a la frontera con Brasil, cuando la barca en que viajaba naufragó en uno de los raudales, mientras realizaba una expedición científica.
A mediados de octubre de 2018 había sido invitado por Parques Nacionales a un evento sobre biodiversidad, donde expuso los resultados de la Recolección de datos sobre peces en Colombia en los últimos 18 años, los avances de la ictiología nacional y sus puntos de vista sobre cómo abordar la investigación en la cuenca amazónica.
Los datos obtenidos en ese lapso de tiempo por él y sus colegas, le permitieron confirmar y recalcar ese día, que Colombia es el segundo país más biodiverso en peces o tal vez el primero si se habla de unidad de área.
Retomamos esa intervención en la que destaca sin proponérselo, su aporte a la ciencia y el interés porque los estudios sobre peces sean decisivos a la hora de seleccionar áreas para la conservación.
«Ya no hay datos engavetados»
El profesor Maldonado Ocampo comenzó su charla contando la felicidad que le produjo un tuit del Ministerio de Ambiente —publicado el 4 de octubre de 2018 durante la celebración del Día Mundial de los Animales— y citó: Colombia es el segundo país en anfibios, peces dulceacuícolas y mariposas, tercero en reptiles y cuarto en diversidad de mamíferos….
Para nosotros es emblemática esa mención porque han sido 18 años en los cuales el grupo de ictiólogos a nivel nacional ha hecho ingentes esfuerzos para que los peces entren no solo como un elemento de la biodiversidad —en términos de cifras y que sea reconocido como tal—, sino que esa riqueza sea asociada al valor que eso representa para las comunidades locales y para los servicios que esos peces prestan.
Es un logro importante para los investigadores, en términos del reconocimiento de la biodiversidad acuática dulceacuícola nacional, en la que se han hecho muchos esfuerzos a nivel terrestre pero muy cortos todavía en los ecosistemas acuáticos.
Mi mensaje central es que antes nos quejábamos de que no existían datos y por eso no se podían abordar las problemáticas de conservación o las preguntas de investigación que nos permitieran direccionar esfuerzos puntuales. Esto ya no es así en el caso colombiano, por lo menos para los peces dulceacuícolas. Hoy en día, después de 18 años, puedo decir y ratificar que Colombia es el segundo país con mayor riqueza en peces, pero por unidad de área podría ser el país con la mayor biodiversidad de peces a nivel mundial, incluyendo las especies marinas y dulceacuícolas.
El país ya cuenta con cifras actualizadas a 2018 de un total de 1.502 especies de peces, y atribuyó ese logro a un trabajo colaborativo interinstitucional junto con la Asociación Colombiana de Ictiólogos, con quienes trabajaron en la depuración de 90 mil registros de peces depositados en las principales colecciones de Colombia y otros países.
Los puntos negros sobre la imagen de Colombia equivalen a lo que históricamente se ha colectado en todo el territorio nacional: esto significa que el país tiene la información más actualizada de taxonomía y componente filogeográfico (procesos históricos que inciden en la distribución de las especies) de los peces que se distribuyen en el país. El mapa permite identificar vacíos de información que se pueden llenar bajo iniciativas colaborativas, pero también utilizar los datos en gestión de conocimiento y estrategias de conservación, y lo más importante es que todo eso ya está al alcance de todos. Ya no hay datos en la gaveta del investigador o en x o y institución, sino que es información de libre acceso que puede ser utilizada por quienes estén interesados en este tipo de información para abordar diferentes problemáticas o iniciativas.
También nos muestra las tendencias espacio temporales que nos permiten hacer aproximaciones al conflicto, en términos de conservación peces-agua y su incidencia en todas las comunidades a nivel nacional que dependen de estos los recursos como fuente económica o asociada a factores culturales que generalmente no son tenidos en cuenta en la relación agua-gente-peces.
En las áreas protegidas nacionales, regionales y en muchas reservas de la sociedad civil, en su gran mayoría no se conoce qué hay en especies dulceacuícolas, lo cual significa que no se sabe qué se está protegiendo en peces porque generalmente han sido seleccionadas o protegidas bajo criterios ecosistémicos terrestres.
Amazon Fish
Mientras avanzaba en la exposición explicó que en los últimos tres años se desarrolló el proyecto Amazon Fish que consolida la base de datos más actualizada sobre la cuenca amazónica de Colombia, Brasil, Ecuador y Perú. El proyecto integra información de artículos publicados, libros, literatura gris, bases online, museos, universidades, más de 90 colecciones científicas y 1.400 referencias bibliográficas.
La Amazonia es la cuenca más emblemática por ser la de mayor riqueza de peces a nivel mundial: “eso nos lleva a que debemos entender que las cuencas van más allá de los límites. Con los datos ya se pueden entender cuáles son los patrones y gradientes de diversidad y endemismo y cómo están asociados porque se sabe que la Amazonia es un mosaico demasiado heterogéneo. Lo que pasa en la Amazonia andina tiene impactos en la planicie amazónica y eso cambia en la forma cómo tenemos que entender el paisaje, cómo los países deben entender la gestión de cuencas transfronterizas, cuáles son las implicaciones de generar políticas armonizadas entre naciones para generar procesos de conservación acuática. La Amazonia no es uniforme como pensamos. Las comunidades de peces son diferentes, están asociadas a hábitats y ecosistemas particulares y estos son los que tenemos que entender para hacer gestión.
La ruptura entre academia y organizaciones no debe ser impedimento, podemos trabajar mancomunadamente para ser más efectivos y resolver problemáticas:
Javier Alejandro Maldonado Ocampo
Colombia es el país que presenta mayores vacíos de información de toda la cuenca amazónica, razón por la cual los ictiólogos hemos intentado llenar con otras organizaciones como Parques, los institutos del Sina e Ictiología y Cultura, para transformar la información y comprender cómo los modelos de desarrollo que para esta región se están planteando tienen impactos significativos en la biodiversidad, la gente y los ecosistemas. Hemos publicado el Primer Análisis sobre el efecto del desarrollo hidroenergético en la región Andino-Amazónica.
Hay proyectos de desarrollo hidroeléctrico, y Caquetá y Putumayo son los únicos ríos de libre flujo en toda la amazonia andina. Hay una responsabilidad grande en términos del colapso de la cuenca, sabemos que existen intereses en el Caquetá para desarrollar proyectos hidroeléctricos. Sentémonos, tenemos datos para entender cómo funciona y en dado caso intervenir para evitar daños ambientales y socio-ambientales.
Sobre el cambio climático, este tiene efectos en los diferentes escenarios en términos de diversidad acuática. Hay impactos mucho más fuertes y actuales que van a poner en mayor riesgo esta biodiversidad que los que va a hacer el cambio climático a mediano y largo plazo. Es bueno hablar de cambio climático, pero hay que fijarse en otros impactos que hay en la cuenca.
Antes de cerrar su intervención invitó a sus colegas a realizar trabajo en equipo: La ruptura entre academia y organizaciones no debe ser impedimento, podemos trabajar mancomunadamente para ser más efectivos y resolver problemáticas. En Amazonas se hace eso, pero también trabajamos en Orinoquia, para buscar la declaratoria de áreas protegidas enfocadas en ecosistemas de agua dulce, que generalmente no coinciden con lo que se ha declarado y es importante empezar a incorporar esos criterios en la gestión de las áreas de conservación.
También relacionó sus trabajos y aportes la ictiología como la terminación del Catálogo de Peces de Aguadulce, el aporte de información para la declaratoria de ampliación del área protegida de Chiribiquete, de áreas regionales de conectividad en Perú, Colombia, los Andes y la Orinoquia; el trabajo con comunidades locales como las del Resguardo Yunguillo (Putumayo) (ver video) para incorporar su información en los planes de ordenamiento ambiental.
Investigar y comunicar
Con su compañera, la comunicadora social María Alejandra Moscoso, hace dos años emprendió el proyecto Ictiología y Cultura en que el a través de reportajes buscaban relacionar la investigación científica sobre peces y su relación con los seres humanos y la cultura presente en esas cuencas hídricas.
Es un proyecto de vida, sin prisa, sin pretensiones más allá de documentar, comprender, aprender, intercambiar y reconocer, escribieron en su sitio web.
Justamente, en la reseña del equipo de trabajo, los dos explicaron la razón de ser del investigador: La evolución unida a la historia natural y la ecología han sido el marco académico para acercarse a este grupo excepcional de vertebrados. Colombia es un país de agua y por ende de peces; esta condición, poco conocida por la mayoría de los colombianos, lo ha llevado (Javier Alejandro Maldonado Ocampo) a buscar nuevas formas de narrar el conocimiento científico generado en sus investigaciones y así promover una mayor conciencia al respecto, aportando a la conservación de los ecosistemas acuáticos colombianos y resaltado los estrechos vínculos económicos y culturales que existen entre los peces y las comunidades asentadas a lo largo y ancho de la extensa red hídrica colombiana.
Un ejemplo de cómo conectaba su ciencia con la realidad de las comunidades, es la descripción científica que el profesor Maldonado Ocampo escribió sobre el río Vaupés -en el que trabajó por última vez- sobre una conversación con un indígena sobre el consumo de los peces eléctricos o caloches:
Actualmente según la base de datos de Amazon Fish Database Project se registra un total de 281 especies de peces en el río Vaupés, no obstante ser uno de los ríos menos explorados en la cuenca Amazónica. De estas especies alrededor de 80 son consumidas en el área de influencia de Mitú según datos del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas dentro de las cuales encontramos a los conocidos como Caloches = peces eléctricos = Gymnotiformes.
En el área de Mitú se han registrado hasta el momento alrededor de 17 especies de Caloches (algunas nuevas para la ciencia en proceso de descripción formal) dentro de las cuales la especie Sternopygus cf. macrurus es apetecida por los indígenas locales, entre ellos los Cubeos. Acá una pequeña descripción de su preparación y forma de captura
Actualmente según la base de datos de Amazon Fish Database Project se registra un total de 281 especies de peces en el río Vaupés, no obstante ser uno de los ríos menos explorados en la cuenca Amazónica. De estas especies alrededor de 80 son consumidas en el área de influencia de Mitú según datos del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas dentro de las cuales encontramos a los conocidos como Caloches = peces eléctricos = Gymnotiformes. En el área de Mitú se han registrado hasta el momento alrededor de 17 especies de Caloches (algunas nuevas para la ciencia en proceso de descripción formal) dentro de las cuales la especie Sternopygus cf. macrurus es apetecida por los indígenas locales, entre ellos los Cubeos. Acá una pequeña descripción de su preparación y forma de captura Aguas Amazónicas Ciencia Ciudadana para la Amazonia Tropenbos Colombia Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas Instituto Humboldt Pontificia Universidad Javeriana
Posted by Ictiología y Cultura on Saturday, October 20, 2018
El ecólogo participó en publicaciones con otros ictiólogos y profesionales colombianos y extranjeros como:
Peces Dulceacuícolas del Chocó Biogeográfico de Colombia
Colecciones ictiológicas colombianas
Caracterización Biológica del Parque Nacional Natural El Tuparro (Sector NE), Vichada, Colombia
Peces de los Andes de Colombia: guía de campo
Peces de Puerto Carreño – Vichada. Lista Ilustrada
Fotografías: ©Ictiología y Cultura.